El nacimiento prematuro hace a los bebés más susceptibles a los trastornos de la respiración mientras duermen, incluida la apnea obstructiva del sueño (AOS). Una reciente investigación ha averiguado el motivo: Los factores de riesgo que conducen a la AOS están se deben a un estrechamiento de la vía aérea superior y no parecen explicarse por el aumento del tamaño de las vegetaciones y amígdalas.
Para diagnosticar la AOS, los médicos ahora usan la broncoscopia, un método invasivo que tiene limitaciones, incluida la necesidad de insertar un instrumento en las vías respiratorias.
Sin embargo, un equipo del National Children Hospital pensó que la resonancia magnética (MRI) podría ofrecer una forma no invasiva de evaluar la vía aérea superior, determinar su anatomía y función dinámica, a la vez que protege a los bebés de la exposición a la radiación que puede acompañar a otras técnicas de imagen.
Inscribieron a 96 bebés que se habían sometido a resonancias magnéticas cerebrales como parte de un estudio sobre el desarrollo cerebral neonatal. Los recién nacidos tenían una variedad de condiciones médicas, incluida la sospecha de encefalopatía hipóxica isquémica, enfermedad cardíaca, convulsiones y trastornos del movimiento.
Cuarenta y nueve de los bebés nacieron antes de tiempo. En el momento de la resonancia magnética, su edad gestacional media corregida fue de 38,4 semanas. Cuarenta y siete de los recién nacidos nacieron a término y fueron sometidos a resonancias magnéticas a las 1.7 semanas de edad.
Las estructuras de la vía aérea de interés para esta investigación incluyen la nasofaringe (la parte superior de la faringe), la orofaringe (ubicada en la parte posterior de la boca detrás de la cavidad oral), la hipofaringe (la entrada al esófago), las adenoides (vegetaciones) y las amígdalas.
Se obtuvieron imágenes volumétricas en tres planos perpendiculares y un modelo tridimensional. “El volumen nasofaríngeo de los recién nacidos a término fue de 495,6 mm, en comparación con 221,1 mm en los recién nacidos prematuros. El volumen orofaríngeo de los recién nacidos a término fue de 313,6 mm, en comparación con 179,3 mm en los recién nacidos prematuros”, detallan los investigadores.
Con la ayuda de datos 3D volumétricos que miden con mayor precisión las vías respiratorias y el tejido linfoide, los investigadores proponen estudiar a un grupo más grande de bebés para determinar si el estrechamiento de las vías respiratorias superiores predispone a los niños muy pequeños a experimentar AOS más adelante en la vida.
“Nuestro objetivo es incorporar imágenes de RM especializadas y dinámicas de las vías respiratorias mientras los niños duermen, lo que proporcionaría información detallada en tiempo real sobre los cambios asociados con el sueño. Esta innovación promete una exploración más precisa y no invasiva para el diagnóstico de AOS en bebés “, explica Dorothy Bulas, jefe de Diagnóstico por Imágenes y Radiología en Children’s National.
Otros temas Pilar Quijadael