ABC
Suscríbete
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizMi ABCABC
Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

¿Por qué es tan adictivo Candy Crush?

Pilar Quijadael

Pasar de nivel intercambiando caramelos para reunir varios idénticos en el aparentemente inocente Candy Crush puede llegar a quitar el sueño y restar tiempo a otras actividades de la vida diaria. Dos características que hacen que este juego pueda considerarse altamente adictivo. No en vano es el más popular de Facebook. ¿Pero por qué nos cautiva y nos atrapa hasta el punto de debilitar nuestra voluntad?

Al parecer, detrás de los inocentes caramelos se esconden algunos de los problemas de cómputo más difíciles que se conocen, explica en el número de este mes de Investigación y Ciencia Toby Wals, director de investigación en el Laboratorio Neville Roach de Tecnologías de la Información y la Comunicación de Australia (NICTA).

“Al analizar Candy Crush junto con mis colaboradores, comenzamos por considerar la clase más famosa de problemas complejos de cómputo, los denominados NP”, explica Wals. Se trata de problemas fáciles de verificar si se conoce a solución, pero muy complejos de resolver cuando se parte de cero.

La próxima vez que no consiga pasar de nivel en el número de movimientos asignado, consuélese pensado que se ha enfrentado a un problema matemático de gran complejidad, lo que puede explicar por qué engancha a nuestro cerebro, opina Wals. “Si hubiese una estrategia sencilla para ganar, como ocurre con las tres en raya, jamás sería tan cautivador”, advierte.

En efecto, ante resultados predecibles, el sistema de recompensa de nuestro cerebro se activa menos que ante ganancias impredecibles. Y el placer que obtenemos con la victoria es mayor en el segundo caso. Cuando más impredecible sea el juego, mayor es su poder adictivo.

El psicólogo B.F Skinner estudió con ratones cómo los refuerzos y los castigos influencian el comportamiento. Observó que si un ratón obtiene comida cada vez que pulsa una palanca, sólo repite ese movimiento cuando tiene hambre. Curiosamente, si no siempre que pulsa la palanca obtiene comida (refuerzo, premio)  su comportamiento se vuelve compulsivo, y, puesto que no puede predecir cuándo obtendrá lo que busca al pulsar la palanca, se queda pegado a ella, accionándola una y otra vez. Se queda “enganchado”porque la comida (el premio) se obtiene mediante un programa de refuerzo de intervalo variable, justo el que más engancha.

En ese aspecto no somos muy diferentes de los roedores. Y  por ese mismo mecanismo el sistema de recompensa de nuestro cerebro se queda enganchado a diversos juegos, como las modernas apuestas por Internet o los clásicos juegos de azar: máquinas tragaperras, bingo…)

Ese efecto del refuerzo o premio variable es el que nos engancha a Candy Crush o a los “me gusta” de Facebook. Y cuando falta, hace que hagamos todo tipo de trampas para conseguir pasar de nivel o pidamos vidas a nuestros amigos y conocidos…

Curiosidades Pilar Quijadael

Post más recientes