O más bien al revés, porque un estudio publicado en Plos One asegura que el estilo de pensamiento determina nuestro repertorio musical. La música forma parte de nuestras vidas, pero se ha estudiado poco de qué dependen nuestros gustos musicales, argumentan los psicólogos de la Universidad de Cambridge que han hecho el estudio. Y por eso decidieron aportar su granito de arena.
En general, se admite que los gustos musicales reflejan características de la personalidad. Por ejemplo, la gente abierta a experiencias nuevas (apertura mental, según la teoría de los 5 grandes factores de la personalidad) suele preferir blues, jazz, clásica o folk. Y la gente extrovertida y afable (otros dos factores de la teoría mencionada antes) se decanta por el pop, sould, funk, bandas sonoras o música para bailar.
Pero los psicólogos de Cambridge han decidido dar un paso más y estudiar la relación entre el estilo cognitivo (o forma de pensar) con los gustos musicales. Para determinar el estilo de pensamiento, recurrieron a la teoría empatía-sistematización, de Baron-Cohen, uno de los autores, conocido por sus estudios sobre autismo.
Baron-Cohen propone la existencia de dos tipos de pensamiento evolutivamente conservados por las ventajas que suponen para la especie. Por un lado, un pensamiento sistemático o “masculino”, y por otro, el pensamiento empático o “femenino”. Después se han desarrollado test que miden ambos extremos. Baron-Cohen lo exponía en su libro “La gran diferencia: cómo son los cerebros de hombres y mujeres”.
La empatía es la capacidad para reconocer los sentimientos de los demás y responder con una emoción adecuada. Y Baron-Cohen la considera típicamente femenina. Mientras que la sistematización es la capacidad para averiguar intuitivamente cómo funcionan las cosas o extraer reglas fundamentales que rigen el comportamiento de un sistema. Según este psicólogo, todos tenemos ambas capacidades, pero predomina una de ellas o pueden estar equilibradas.
“Aunque los gustos musicales de la gente cambian con el tiempo, hemos descubierto que los niveles de empatía de una persona y su estilo de pensamiento predicen la música que les gusta”, explica David Greenberg, uno de los investigadores, que además es músico.
Sus conclusiones se basan en un estudio con 4.000 participantes que fueron reclutados a través de la app My personality de facebook. La aplicación ofrece cuestionarios cuyos resultados pueden colocar los usuarios en sus perfiles. Después pidieron a los usuarios escuchar y puntuar 50 piezas musicales compuestas por 26 géneros y subgéneros.
Según el estudio, aquellos que puntuaban alto en empatía preferían la música “suave”, del estilo de rhythm and blues, soft rock o actual, o música country y cantautores, así como la música electrónica, acid jazz, o música de los 80. Pero no les gustaba el punk o el heavy metal.
Por el contrario, quienes puntuaban alto en sistematización, tenían preferencias opuesta y optaban por el punk o el heavy metal, mientras que la melódica y country o folk no estaban entre sus preferencias.
Analizando las más en detalle las características de las preferencias melódicas de cada grupo (empáticos, sistematizadores), los investigadores llegan a la conclusión de que las personas que puntúan alto en empatía prefieren música reflexiva, sensual y con elementos cálidos, o que expresa emociones negativas, como la tristeza, o connotaciones más profundas (poética, relajante). Por el contrario, los sistematizadores prefieren musica con gran energía, fuerte, excitante, o que exprese emociones positivas y con alto grado de complejidad. Esta última característica lleva a los investigadores a incluir la música clásica dentro del repertorio musical de las personas más analíticas, o sistematizadoras.
Para el investigador David Greenberg, saxofonista de jazz, la investigación podría tener implicaciones para la industria musical. “Se dedica un montón de dinero a buscar algoritmos para elegir qué música es posible que se desee escuchar por ejemplo en Spotify y Apple Music. Saber el estilo de pensamiento de una persona, permitiría afinar en las recomendaciones de música personalizadas”, argumenta.
Para Jason Rentfrow, autor principal del estudio: “Esta línea de investigación pone de relieve cómo la música es un espejo del yo. La música es una expresión de lo que somos emocional, social y cognitivamente”.
Simon Baron-Cohen, por su parte, destaca que “este nuevo estudio es una extensión fascinante de la teoría de la empatía-sistematización de las diferencias individuales psicológicas. Y ha llevado a un estudiante de doctorado con talento y músico a proponer estas cuestiones. La investigación puede ayudarnos a entender a quienes están en los extremos, como las personas con autismo, que son sistematizadores fuertes”.
Y de acuerdo con sus hallazgos, proponen melodías para ambos estilos de pensamiento:
Para quienes puntuan alto en empatía: Hallelujah – Jeff Buckley; Come away with me – Norah Jones; All of me – Billie Holliday; Crazy little thing called love – Queen
Y para los sistematizadores, Concierto en Do – Vivaldi; Estudio 3 Opus 65 – Alexander Scriabin; God save the Queen – The Sex Pistols; Enter the Sandman – Metallica.
Seguir a @PilarQuijada3 en Twitter
Curiosidades Pilar Quijadael