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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

Indonesia, actor global

Emilio de Miguel Calabiael

Indonesia siempre ha jugueteado con la idea de ser un actor global. Su primer presidente, Sukarno, fue uno de los padres fundadores del movimiento de los no alineados (MNA) y organizó la primera reunión del movimiento en Bandung. Con Suharto, mucho más orientado hacia Occidente y con menos ambiciones de jugar un papel internacional en la escena global, Indonesia abandonó esas veleidades tercermundistas, aunque no el movimiento en sí.

La política exterior de Suharto fue pragmática. Fingió que mantenía una equidistancia entre EEUU, la URSS y China, aunque en realidad se inclinaba más por EEUU. Suharto aspiraba a elevar la estatura internacional de Indonesia. En ASEAN jugó un papel muy importante y protagonista en el caso del conflicto camboyano. Se incorporó a APEC desde sus inicios y albergó la segunda cumbre de la Asociación en 1994.

Sin embargo, una chinita que siempre tuvo metida en el zapato y que en ocasiones distraía sus esfuerzos internacionalistas fue Timor Leste. La gran prioridad de la diplomacia indonesia en esos años fue asegurarse el apoyo internacional a su ocupación de Timor Leste y que no le sacasen los colores en los foros internacionales por esta cuestión. Para ello Indonesia se mostró muy activa en el MNA, en las capitales occidentales, en las instituciones internacionales y en los medios globales. Sus esfuerzos fueron exitosos, aunque a costa de tener un tanto abandonados otros aspectos de la política exterior.

Tras Suharto, vinieron años en que sus sucesores estuvieron más preocupados por la política interior que por la exterior. Esto cambiaría con S.B. Yudhoyono (2004-2014) y su hiperactivo Ministro de AAEE Marty Natalegawa. En un discurso que pronunció en EEUU al año de haber asumido la presidencia, afirmó que Indonesia era “un país que miraba hacia afuera, con la ambición de modelar el orden regional e internacional y decidido a que se oyera su voz.” Esa ambición se manifestó de muchas maneras: esfuerzo por influir sobre la agenda del G20, un intento de liderar las potencias medias asiáticas, el afán por crear interdependencias como una manera de resolver los diferendos internacionales y un apoyo creativo al orden liberal internacional en sus propios términos.

En esta ambiciosa política exterior, Indonesia nunca olvidó que su papel internacional empezaba por ASEAN. Efectivamente fueron años en los que Indonesia ejerció su liderazgo sobre ASEAN con más visión y energía. En 2011 presidió ASEAN y su lema fue “La Comunidad ASEAN en una Comunidad Global de Naciones”. El objetivo era que ASEAN jugase un mayor papel global y que fuese capaz de hablar con una sola voz en las grandes cuestiones globales. Especialmente ASEAN quería profundizar en sus relaciones con NNUU y colaborar con su Secretario General en la resolución de los grandes retos globales, en cuestiones tales como el desarme nuclear o la situación en Oriente Medio. Todo un reto para una organización que tradicionalmente se había limitado a su vecindario inmediato.

En 2012, cuando la Cumbre de julio en Phnom Penh finalizó sin una declaración a causa de las discrepancias sobre el Mar del Sur de China, Indonesia nuevamente mostró su liderazgo. Logró componer las diferencias entre los socios y que firmaran los Seis Puntos de Principio sobre el Mar del Sur de China. Asimismo jugó un papel protagonista en el diseño de la Comunidad de Política y Seguridad de ASEAN, cuyo fin era que los EEMM de ASEAN cooperasen en cuestiones de seguridad, tales como la lucha contra el crimen transnacional (una de las primeras cuestiones que abordó la Comunidad).

Con la creación del Foro de la Democracia de Bali (FDB), Yudhoyono adoptó una iniciativa de poder blando de un tipo que Indonesia no había adoptado desde los tiempos de Sukarno. Yudhoyono hizo valer que Indonesia, después de muchos avatares, se había consolidado como una democracia musulmana. El FDB partía de la base de que la democracia no es solamente occidental, sino que cada tradición cultural la adapta y la promueve basada en sus valores. Hay quienes se han preguntado si una concepción tan amplia, pero también tan dispar, no podía acabar subvirtiendo la democracia en sí. Como quiera que fuese, mientras Yudhoyono fue presidente, el FDB tuvo mucho eco, especialmente en el Indo-pacífico. Una vez que dejó la presidencia, su sucesor la dejó languidecer y perdió algo de su viejo lustre.

Con su sucesor, Joko Widodo más conocido como Jokowi, la política exterior indonesia se volvió menos global durante su primer mandato (2014-2019). La principal preocupación de Jokowi era el desarrollo económico del país y su política exterior tenía como eje atraer inversiones y hallar financiación para grandes proyectos transformadores como la construcción de la nueva capital de Nusantara. El otro eje de su política exterior fue desarrollar el carácter de potencia marítima de Indonesia.

Aun así, Indonesia siguió siendo la fuerza motriz de ASEAN, tal vez incluso más que con Yudhoyono. Fue por su impulso que la Asociación se dotó en 2019 de la Perspectiva ASEAN para el Indo-pacífico con la que aspiraba a convertirse en un actor relevante en el Indo-pacífico. Indonesia también jugó un papel protagonista- y no muy exitoso-, en el intento de resolver la crisis de Myanmar. En 2023 Indonesia ejerció la presidencia de ASEAN y en ella hubo dos novedades importantes. La primera fue la adopción de un concepto más amplio de seguridad marítima que el que se venía utilizando, lo que fue acompañado de la Perspectiva Marítima de ASEAN. La segunda que por primera vez ASEAN introdujo consideraciones de seguridad en su acercamiento al Indo-pacífico.

En su segundo mandato le pasó lo que a muchos presidentes y primeros ministros, que descubren las virtudes y la diversión de la política exterior. A Jokowi le tocó organizar la más difícil cumbre del G20: la del 15 y 16 de noviembre de 2022, la primera que se celebró tras la invasión rusa de Ucrania. En una notable e inteligente acrobacia diplomática, Jokowi se negó a retirar la invitación cursada a Putin para que asistiera a la Cumbre, pero no se privó de condenarla durante la misma. La postura de Jokowi fue que el G20 es ante todo un foro económico y que no debe convertirse en rehén de una cuestión concreta de política exterior.

Los temas que Indonesia eligió para su presidencia fueron la transición energética y las finanzas. Con respecto a lo primero, abogó por la creación de un marco para la consecución de una transición energética igualitaria, asequible e inclusiva. En la cuestión financiera, Indonesia abogó por la inclusión financiera digital y la reforma de los Bancos de Desarrollo Multilaterales, así como por la necesidad de aumentar los ingresos fiscales y combatir los flujos financieros ilícitos.

Con el sucesor de Jokowi, Prabowo Subianto, que asumió la presidencia en octubre del año pasado, la ambición de convertirse en actor global ha regresado con renovado ímpetu. Prabowo ha sido militar y su aproximación a la política exterior está teñida de preocupación por la seguridad nacional. Cabría definirle como un seguidor de la escuela neorealista en las relaciones internacionales.

El 11 de enero de este año su Ministro de AAEE, Sugiono, concedió una rueda de prensa en la que habló de la perspectiva estratégica de la política exterior indonesia en los próximos cinco años. Sugiono anunció que daría un giro osado e innovador a su política exterior. Los analistas lo han interpretado como que Indonesia podría estar reconsiderando su papel tradicional de poder regional y de potencia media y que querría sentarse a la mesa de los mayores.

En septiembre de 2024 visitó Rusia y en noviembre China, visita a la que siguió una a EEUU; más tarde, el pasado enero, visitó la India. El orden y el destino de las visitas podría indicar el deseo de mostrar la independencia de Indonesia y que no se la puede considerar necesariamente como pro-occidental. Indonesia sólo se guía por sus intereses y no practica el seguidismo; su objetivo es reducir las dependencias. Se trata de una política que el indio Narendra Modi entendería muy bien. Una lectura que cabría dar a estos viajes es que ahora Indonesia prima su papel de actor global sobre el regionalismo de ASEAN, con la cual Gerindra, el partido de Prabowo, se muestra crítico, señalando que en la Asociación cada uno barre para casa y no hay solidaridad. Significativamente, las primeras visitas internacionales de Prabowo tras su toma de posesión no han sido a ASEAN.

Prabowo parece interesado en revitalizar el D8, una agrupación de ocho países musulmanes en desarrollo creada en 1997 para promover la cooperación económica entre países musulmanes en desarrollo. Indonesia ha asumido el liderazgo de la organización este año. Es probable que Prabowo quiera utilizar la presidencia del D8 para proyectarse como campeón del Sur Global y para tener un papel más activo en Oriente Medio. Significativamente Prabowo y su Ministro de AAEE asistieron a la Cumbre de El Cairo del D8 el pasado 19 de diciembre de 2024 y dejaron de asistir a la reunión que se celebró en Tailandia en esas fechas para discutir la situación en Myanmar. Nueva muestra de dónde están las prioridades de Prabowo.

Otra muestra del interés de Prabowo porque Indonesia sea un actor global, lo tenemos en su ingreso el pasado 6 de enero de 2025 en los BRICS+, algo que para el presidente había sido una prioridad desde el comienzo. El comercio de Indonesia con los BRICS+ asciende a 150.000 millones de dólares anuales y el ingreso en la organización podría aún aumentarlo. Al mismo tiempo le permitiría diversificar sus mercados de exportación. Y no menos importante, el acceso a los BRICS podría facilitarle transferencias de tecnología.

Tal vez para mantener el equilibrio en los alineamientos internacionales que le resulta tan caro a Indonesia, también ha expresado su interés en ingresar en la OCDE.

Esto es solo el inicio. Prabowo tiene aún cinco años por delante (10, si gana las elecciones de 2029; todos los presidentes indonesios hasta ahora han conseguido un segundo mandato) para seguir trabajando en aumentar la estatura global de Indonesia.

 

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