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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

España, una Historia global (y 4)

Emilio de Miguel Calabiael

(El literato y legislador chileno Andrés Bello. Porque la reivindicación de los hispánico no es sólo cosa de españoles)

El siglo XIX fue un desastre sin paliativos para España. La invasión napoleónica no sólo devastó la Península, sino que contribuyó al proceso emancipador de Hispanoamérica. La emancipación de Hispanoamérica era inevitable y más tarde o más temprano se habría producido. Lo que la invasión napoleónica hizo fue que el proceso fuera más traumático de lo que habría podido ser en una condiciones de paz en la Península. Para 1820, España se encontró devastada y sin el imperio americano que había apuntalado su posición en el mundo durante los 300 años anteriores. Yo diría que la Historia desastrosa de nuestro siglo XIX se puede ver como el intento de asumir que habíamos caído al estatus de potencia de tercera y de trabajar para reinventarnos. El proceso de reinvención nacional no arrancó realmente hasta que no hubimos perdido en 1898 los restos que nos quedaban de nuestro imperio ultramarino.

El siglo XIX no fue más amable con la antigua América hispana. Terminadas las guerras de emancipación, los antiguos caudillos no supieron hacer causa común y se extraviaron en querellas inútiles que hicieron retroceder a sus pueblos y acabaron sometiéndolos al dominio de los nuevos y pujantes Estados Unidos de América. En lo político y económico se vieron mediatizados por EEUU e Inglaterra y en lo cultural por Francia. Si Hispanoamérica no se convirtió en una sucursal del mundo anglosajón y de Francia y no perdió el contacto con sus raíces hispanas, fue por la acción de sus propios intelectuales. El primero y más importante fue Andrés Bello; otros que siguieron en su estela fueron Rufino José Cuervo, Antonio Caro y Marco Fidel Suárez.

A Hispanoamérica le tocará la misma suerte que a España: ser ignorada por los gurús que confieren los títulos de civilizado. Al igual que a Octavio Paz, a Martínez Montes le sorprende que en las historias de la modernidad y del modernismo se deje fuera tanto a España como a Hispanoamérica. Como mucho se menciona a Dalí, a Picasso y a Lorca, como si hubiesen aparecido en nuestro suelo por generación espontánea y no fuesen el resultado de una Historia y de un medio social. El modernismo fue ante todo un movimiento que apareció en Hispanoamérica y cuyo pionero fue Rubén Darío y fue este movimiento el que luego alimentó al modernismo anglosajón, algunos de cuyos principales representantes fueron T.S. Eliot y Ezra Pound. Los modernistas españoles y americanos, en su diálogo con la modernidad, no tienen nada que enviar a las reflexiones que en el mismo sentido se hacían sus homólogos anglosajones.

El primer tercio del siglo XX fue glorioso para las letras, las artes y a ciencia españolas. Con razón se ha llamado a ese período la Edad de Plata. Es un tiempo en el que España estaba completamente abierta a lo que ocurría en el resto del mundo y aporta nombres en todos los dominios que han tenido resonancia universal. Dos instituciones que ejemplifican ese espíritu de apertura son “La Revista de Occidente” y la Residencia de Estudiantes. La primera se convirtió en un ágora en la que escribían los principales pensadores de Occidente sobre filosofía, filología, psicología, etnología, física… La segunda buscaba crear las élites de las nuevas generaciones sobre los principios del libre pensamiento y la responsabilidad social y la apertura al mundo. Por su sala de conferencias pasaron Albert Einstein, Rabindranath Tagore, Marie Curie, John Maynard Keynes, Henri Bergson…

En cuanto a luminarias de este período, podemos empezar con Miguel de Unamuno, escritor, filósofo y polemista. Su obra “El sentido trágico de la vida” de 1912 introduce una concepción existencialista de la vida y en “Niebla” de 1914 habla del drama de carecer de esencia, en un momento en el que Sartre estaba apenas empezando a aprender a leer. Mientras Unamuno exploraba la esencia de lo humano, Ortega y Gasset consideraba el signo de los tiempos que representaba la abdicación de las élites y el ascenso de las masas. En el terreno científico tenemos a Santiago Ramón y Cajal, al ingeniero y matemático Leonardo Torres-Quevedo, a Juan de la Cierva, que inventó el antecesor del helicóptero… En artes plásticas, destacan Picasso, Dalí, Juan Gris y Joan Miró. En literatura, sobresalen Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán…

Pues bien, en la obra de 2008 “Los años del vértigo” de Philip Blom, que pasa revista a las transformaciones de la cultura y el pensamiento de las sociedades occidentales en los primeros años del siglo XX, sólo merecen un lugar escuálido Goya, Unamuno, Manuel de Falla y Ortega y Gasset. Picasso también aparece brevemente, con aire de artista apátrida, toda vez que no se establece claramente su origen y formación en España. En la misma línea, “Modernismos” de Peter Nicholls, que se centra en la literatura y movimientos artísticos de finales del siglo XIX a la década de los 30, sólo recoge a cinco autores españoles: Gabriel Alomar (un poeta fracasado, cuya gran aportación literaria fue haber acuñado el término “futurismo”, que popularizó Marinetti), Luis Buñuel (en una nota al final), Salvador Dalí (en dos notal al final), Juan Gris y Pablo Picasso (relacionados dentro del apartado sobre el cubismo francés). Para rematar, Nicholls dice que Ruben Darío es un poeta español seguidor del simbolismo.

Martínez Montes termina su excelente libro señalando que la civilización occidental se encuentra en un momento de crisis, tal vez más acuciante que la que la agitó en la segunda mitad del siglo XX. Hace falta crear un nuevo humanismo, que colme la brecha entre las humanidades y las ciencias y cree un nuevo tipo de hombre occidental, cultivado y más abierto al mundo. Pero esa apertura al mundo no podrá producirse si primero no integra en sí lo principal del acervo occidental, que es mucho más que la cultura anglosajona. Ese proyecto de nuevo humanismo quedará cojo si no hay en él lugar para lo hispánico.

 

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