Nicolasito, como llaman al hijo de Nicolás Maduro, se ha atrevido a amenazar con tomar los fusiles para atacar la Casa Blanca. El chico es constituyente y tiene limitaciones para expresarse bien pero no para exhibir su talante violento. Tiene a quien salir.
Pero lo grave es que lo aplauden sus compañeros de la asamblea constituyente, rechazada por ilegal, fraudulenta e inconstitucional. Aunque no caben todos en el Salón de Protocolo del Palacio Legislativo, los 545 constituyentes acuden al sitio a sentarse apretujados como sardinas. Las focas hacen un papel más digno.
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