La moneda nacional ha sido castigada con la eliminación, no de tres sino de cinco ceros, lo que por arte de magia reduce la inflación de 1.000.000%, proyectada este año por el FMI, a un solo 10% sería maravilloso si se pudiera mantener el anuncio oficial en el nivel de la teoría y la ficción.
El anuncio del cono monetario para que comience el 20 de agosto, postergado ya dos veces desde el 4 de junio, ha producido terror en los venezolanos. Por experiencia el billete de 100 bolívares lleva más de un año en que el gobierno ha querido sacarlo de circulación y no ha podido porque simplemente no ha ofrecido como reemplazarlo.
El régimen de los disparates, la corrupción y la ineptitud sería la manera de definir el de Nicolás Maduro y sus asesores izquierdistas españoles y cubanos. Cada medida que ha lanzado en sus cinco años y pico de gobierno han servido sólo para cavar su tumba o clavar un clavo más en su ataúd por el descontento causado entre los venezolanos.
Ya la ex fiscal general Luisa Ortega Díaz decía que Jorge Rodríguez le advertía hace un año que había que hablarle a Maduro de manera elemental porque era muy escaso, lo que demuestra que el mandatario es deficitario en inteligencia y no ha aprendido con el tiempo a dirigir un Estado que le queda demasiado grande.
Economistas advierten que la reconversión monetaria, en vez de resolver la fuerte escasez de efectivo y de frenar la hiperinflación provocará el colapso del sistema de medios de pago.
Maduro no es capaz de reconocer su fracaso ni de ver que sus anuncios van a crear una perturbación económica y social de magnitudes incalculables que van a desequilibrar el país y tal vez lo saquen del poder. El propio harakiri.
“Esto es una tragedia”, ha dicho el ex ministro de Industria Víctor Alvarez. “Con la reconversión monetaria vamos rumbo al caos monetario, hacia el colapso del sistema de medios de pago y a la bancarrota de toda la economía”.
Economistas advierten que la reconversión monetaria, en vez de resolver la fuerte escasez de efectivo y de frenar la hiperinflación provocará el colapso del sistema de medios de pago.
A 20 días del inicio de la reforma monetaria, nadie ha visto todavía los nuevos billetes pero la gente debe entregar a las entidades bancarias los billetes viejos . Pero esta transición podría funcionar si ya estuvieran disponibles los nuevos billetes, pero como no lo están, todos los venezolanos se encuentran sin dinero en efectivo, lo que ya es una calamidad.
Maduro no se ha paseado por el impacto de la nueva moneda. La primera reacción es que la moneda de 0,50 bolívares soberanos, equivalente a 50.000 bolívares, está a un nivel muy alto para pagar algunos servicios, por lo que se entorpecerá el proceso de operaciones de montos pequeños porque no hay monedas de una denominación menor para dar el vuelto.
Según Alvarez, un ejemplo es el pago del transporte público, cuyo pasaje mínimo está en 10.000 bolívares y que a partir del 20 de agosto sería de 0,10 bolívares. “El trabajador que se suba a un autobús pagará con una moneda de 0,50 un pasaje que cuesta 0,10, y no hay cómo darle el cambio. Es una evidencia del colapso del sistema de pagos para aquel tipo de transacciones al detal que hace la mayor parte de la población que no está bancarizada, que no tiene tarjeta de debido ni de crédito y que necesariamente debe tener efectivo en el bolsillo para hacer ese tipo de pagos”, dijo. “La mayoría de los trabajadores del país no tiene carro propio, tiene que desplazarse en el sistema de transporte”.
Añadió que la opción que tiene el gobierno es que aumente el precio del pasaje a 0,50 bolívares, lo que afectaría a los trabajadores que viven de un ingreso fijo, dijo a El Nacional.
Otro problema es el precio de la gasolina, que necesariamente tendrá que ajustarse siendo la más barata del mundo, incluso más barato que una botellita de agua mineral.
Por otra parte, el economista Ángel Alvarado, miembro de la Comisión Permanente de Finanzas de la Asamblea Nacional, coincidió con Álvarez. “El sistema de pago va a ir colapsando”. Prevé que para el día de la reconversión no habrá billetes ni monedas del nuevo cono monetario, lo que incidirá seriamente en los medios de pago para hacer transacciones menudas como el pago del transporte y de la gasolina. Recordó que en 2008 la liquidez en billetes y monedas circulantes era de 30%. Una década después, la cifra cayó drásticamente a 1%. “A medida que la inflación crezca habrá cada vez menos billete y monedas”, advirtió.
El diputado explicó que el billete de mayor denominación, el de 500 bolívares soberanos (50.000.000 bolívares fuertes), para el día de su entrada en vigencia habrá perdido valor y equivaldrá a 5 bolívares soberanos, o 500.000 bolívares de los actuales.
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