Antonio Cambronero el 31 ene, 2012 Lo más difÃcil para los que se acercan por primera vez a Internet, y a sus redes sociales, es no sentirse abrumado por la confusión que implica el desconocimiento inicial. Existen muchas plataformas y no es sencillo distinguir, al principio, sus diferencias y entender para qué sirve cada una de ellas. Otro problema es la rapidez con la que evolucionan las herramientas. Cuando comprendimos los blogs, hubo que lidiar con el microblogging. Y cuando nos desenvolvÃamos aceptablemente bien con Twitter, oimos hablar de Instagram, o recientemente de Pinterest. Demasiadas opciones en tan poco tiempo. El usuario corriente, se acostó un dÃa con su Messenger, y su Hotmail (Gmail ya era un gran logro para él), y se despertó al dÃa siguiente con cosas raras como Facebook, Foursquare, Twitter, Tumblr, etc. Para los niños y adolescentes es sencillo adaptarse a la velocidad de las herramientas de comunicación en Internet (léase redes sociales), porque su condición de nativos digitales les permite abstreaer y asimilar nuevos conceptos informáticos (a nivel de usuario) muy deprisa y de forma natural. Otra cuestión muy diferente es para personas de más edad. Y no solo es cuestión de edad. Los condicionantes sociales y culturales son muy importantes. InfografÃas como la de Flowtown, que acompaña a esta entrada de Weblog Magazine (vÃa Noel Carrión), son muy útiles para ayudar a comprender las diferencias y usos de las redes sociales más populares, asà como para saber cómo empezar a usarlas. Y para empezar a utilizar una red social, yo recomiendo plantearse dos cuestiones fundamentales. – ¿Para qué quiero estar en una red social?. Darse de alta en una red social concreta implica enfocarla hacia tus intereses, bien sean personales o de empresa. Eso significa conocer y tener claro cuáles son los objetivos que se persiguen. Cada red social tiene un fin determinado pero, en general, se trata de comunicarte con los demás y compartir algo. Tienes que estar dispuesto a dar algo de tà y, a cambio, aprenderás mucho. – Te llevará tiempo. Compaginar una red social con tu vida offline conlleva cierto consumo de tiempo y esfuerzo (y no digamos si mantienes varias redes). La única manera de hacerlo bien es organizándote con técnicas de productividad. Ten en cuenta que tendrás que dedicarte también a tareas, a menudo desagradables, como configuración, mantenimiento, subidas de versión, luchas contra spam y trolls, etc. Sin embargo, generalmente todas esas labores son muy fáciles de llevar a cabo y, en muchos casos, se pueden realizar automáticamente. Y, a continuación, la infografÃa (pinchar en la imagen para agrandarla): Redes sociales Comentarios Antonio Cambronero el 31 ene, 2012