vigilantes

Ha de haber prisionero en algún lugar dentro de mí un crío capaz de emocionarse con esa chorrada del dolor del superhéroe, de la soledad del monstruo y de la justicia interestelar. Y el caso es que no conozco ningún superhéroe que no tenga barriga y además hipoteca, los monstruos que tengo pillados usan trajes caros y su soledad consiste en aguantar el peloteo baboso de los pelotas y la justicia interestelar considero que nunca va más allá del ‘mecagüentó’. Pero, el caso es que vi ‘El caballero oscuro’ y pensé: ‘touché’. Y he visto ahora ‘Watchmen’ y a mi crío le dolió el sufrimiento de ese personaje, Rorschach, que interpreta el actor Jackie Earle (nunca pensé que se podría expresar tanto con un capuchón en el rostro)… Zach Snyder tiene que haber cogido lo mejor del aliento del tebeo de Alan Moore, porque su película es un cuenco rebosante de clima, de negrura, de intriga, de ‘humanidad’, de amor al siglo XX, a su música y a su letra… ¡Qué personaje ése de El Comediante!, o ese traspaso de seda entre madre e hija (Espectro de Seda 1 y 2)…

Probablemente los muy fanáticos del libro de Moore tengan grandes reproches que hacerle a Snyder (por aquello que hizo con el ‘300’ de Frank Miller, que a mí me pareció estupendo, lo pusieron como chupa de dómine, o sea que con esto será igual o peor), pero el que vaya a ver una peli, y no la novena maravilla del mundo, tal vez opine como yo. No es larga: es larguísima, sí, pero mentiría si dijera que a mí me lo pareció mientras la veía. De hecho, estoy deseando verla otra vez.