Hay semanas cuyo final (fin de semana) es instalarnos en la duda: ¿qué película voy a ver?… Y ésta, pues no va a ser menos. Podrá dudarse todo lo que se quiera acerca de qué película de las que estrenan ir a ver primero, pero que esa duda (personal e intransferible) no nos impida ver la realidad: “La vida de Adèle” es una, o “la”, película del año, y otra cosa muy distinta es que a mí, a ti o a usted sea la que apetece o conviene ver. Hay absoluta unanimidad entre los críticos, algo que siempre suele empujar al recelo, pero que, en esta ocasión, creo que es el fruto de lo obvio: no es fácil alcanzar el nivel de emoción, sentimiento, cercanía, intimidad, encanto y provocación natural que alcanza la película de Kechiche, a cuyo comentario crítico en el ABC hago aquí un enlace. Carlos Boyero se entrega a ella con tanto fervor en El País, que mete la uña en el “spoiler” (término que él, por supuesto, desconoce), y Sergi Sánchez rubrica su comentario con la confesión de que es la película en la que querrías quedarte a vivir. No sé, francamente, si es tan buena para vivir en ella como para verla en el cine. En La Vanguardia y en El Periódico también le dedican sus mejores elogios… Salvador Llopart titula su crónica un poco mecánicamente Mujer contra mujer, que casi se puede tararear… Película de la semana, pues, y del mes, tal vez, y del año, pues puede ser… Me consta que para alguna persona que conozco es la película de su vida.
A mí me ha hecho cierta gracia “Gran piano”, mucha más que a Salvador Llopart en La Vanguardia, que la despacha con un divertido que la repitan otra vez pero con un poco de humildad. Sólo enlazaré aquí con mi visión del asunto en la crítica en el ABC.
Mar Coll estrena una película que muchos, o varios (con perdón), esperaban después de sus “Tres días con la familia”. “Todos queremos lo mejor para ella” es el título de esta historia que sería la contraportada de “La herida”, pues trata algo forzadamente similar pero de un modo digerible, incluso digestivo. La protagonista es Geni, una impresionante Nora Navas. La recepción crítica es dispar, pero positiva y templadilla en general, y quizá la más entusiasta sea la de Ocaña, que la arrima a Cassavetes. Bonet en La Vanguardia la considera una película nada desdeñable, y yo le doy la razón. “Todos queremos lo mejor para ella”.
La otra película de estreno recién que también tengo vista es la de “La mirada del amor”, interesante en su planteamiento pero algo remolona en su desarrollo y desenlace; y ahora voy y lo cuento, como mi amigo Charles Boyer.
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