Un globo: el de Javier Bardem, un actor espléndido en muchas ocasiones, como ésta que le brindaron los hermanos Coen en ‘No es país para viejos’, en la que, sin demasiado desgaste intelectual, borda a un personaje fuerte, serio, gracioso, implacable y decididamente feo. Hacerse querer con ese personaje tiene, desde luego, mucho mérito. Igual que con esa actitud de tocapelotas que adopta, y que tal vez ni siquiera sea una pose. Un tipo curioso Bardem, y cuyo límite es imposible vaticinar (límite en todos los sentidos). Sobrerazo para Bardem.
Dos globos: ‘Expiación’ ganó dos Globos, el de mejor película y el de mejor banda sonora; pero perdió cinco Globos. ¿Qué quiere decir esto?… Pues a lo mejor nada y a lo mejor que su destino es desinflarse antes de los Oscar. Otros dos ganó la película de Julian Schnabel, ‘La escafandra y la mariposa’, el de mejor director y el de mejor película extranjera (nunca un neoyorquino había conseguido tal proeza)… Lo que pienso yo de esta película no coincide con los vendedores de globos.
Tres globos: ninguna película ni ningún peliculero ha conseguido un trío de Globos, y eso sí que significa algo, y probablemente gordo:, o mejor, pedrea.
He visto la de Lumet, ‘Antes que el diablo sepa que has meurto’, y es brillante y fría como la caja de un haagen dazs. Terrible película y terribles personajes los que aparecen en ella
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