El pitillo es al cine negro lo que el ‘tip-tap’ al musical americano o una erección al cine porno. Es su esencia, y nadie podrá hacer ya una película de cine negro con clima y densidad mientras que sus personajes lleven escondido bajo la manga un parche antitabaco.
¿Acaso se hará interesante un detective cuyo ala del sombreo no apeste a tabaquina fría y a horas de timba en soledad?… Entiendo que no dejen fumar en los hospitales, pero ya es tarde para prohibirlo en los tanatorios. No tengo ningún guión escrito sobre una historia negra, pero si lo tuviera, tendría que tirarlo; o picarlo bien y fumármelo: ¿a quién va a ocurrírsele situar un asunto turbio en una barra de no fumadores o en un restorán macrobiótico. No critico esas posturas (cualquier postura es buena, siempre y cuando no se pretenda grabar en vídeo