De las películas que llevo vistas en la Seminci me ha impactado especialmente “Whiplash”, de Damien Chazelle, la historia de un joven obsesionado con la batería y el jazz, por el ritmo narrativo, la gran afinación de conflictos y sentimientos y, en especial, por el enorme interpretación de J.K. Simmons, que interpreta a un profesor de música excepcional en su búsqueda de la excepcionalidad. Esta película tapó, a mi modo de ver, la adaptación de Liv Ullmann de “La señorita Julia”, en la que me gustó más Colin Farrell que Jessica Chastain.
Algo de esto, y de la de Schlöndorff, explico en esta crónica con la que enlazo.
Acabo de ver la película española a competición, “El Arca de Noé”, más voluntariosa que efectiva en su mirada simbólica y naïf a la crisis. Y no hay grandes cosas que decir de “El hombre más enfadado de Brooklyn”, en la que aparece despidiéndose del mundo Robin Williams con un personaje terminal y algo visto.
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