No se le puede objetar nada a que la Academia elija como mejor película a ‘Slumdog millionaire’ y como mejor director a Danny Boyle. Gustos aparte, era la única de las cuatro candidatas que miraba a la vida como se supone que quiere mirarse en tiempos aciagos. El optimismo es un valor en alza, tal vez el único.
Kate Winslet y Penélope Cruz han ganado los Oscar con falda, tal y como estaba previsto. Sólo ha faltado un accesit para Marisa Tomei. Lástima, sí, aunque no tanta como el que le hayan hecho semejante trastada a Mickey Rourke, que probablemente volverá al mal camino para vengarse de sí mismo y de los academicos. Creo que lo de Sean Penn sólo tiene lógica si se mira con un ojo guiñado: han premiado a Harvey Milk, y por su lucha en favor de los derechos de los gays. Es una pena, porque Rourke ya ha dicho todo lo que tenía que decir en esta profesión. Lo de Heath Ledger no tenía vuelta de hoja. Y lo de la película japonesa tenía sentido: la ísraelí era un dardo en el corazón y la memoria de muchos votantes y la francesa era una extravagancia para un público demasiado mayor, demasiado rico y con una idea muy distinta de los hijos y su aprendizaje. Cualquiera que lea la sinopsis de la peli japonesa verá que era imbatible.
Yo creo que con los premios de la Academia de Hollywood no hay que estar ni de acuerdo ni en desacuerdo… Lo que sí conviene es mirarlos detenidamente, pues nos dicen cómo está el mundo, quién manda y quién no, por dónde viene el viento, etc. etc.
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