A mí me gustan las películas de James Bond. Y los actores que interpretan a James Bond. Quiero decir, que soy un moderado seguidor de la serie. No encuentro grandes diferencias entre las mejores y las peores: me suelo entregar a ellas como espectador; las disfruto. Y de esta última, de ‘Casino Royal’, diré que la he disfrutado especialmente, y que por primera vez me han parecido, tanto la película como su protagonista, que ofrecían algunas novedades reales con respecto a todo lo anterior, tanto desde el punto de vista moral, como el físico, el narrativo y hasta el estético. A mi juicio, la serie y el personaje conservan el aire, la ironía, la dudosa ética, el ímpetu contra los villanos y el sexo contrario…, en fin, lo que es su esencia, pero le añaden algunos detalles fáciles de ver e interesantes de analizar. Por ejemplo, James Bond es humano, está entrenado, ha pasado por un gimnasio y se le nota; es sensible, aunque eso no se le nota; el villano no quiere dominar el mundo, quiere forrarse; la chica-Bond reúne todas las cualidades de las anteriores, y le añade algunas más: no es tonta del bote, tiene clase además de pechos, es fascinante también cuando empieza a hablar y tiene dos o tres escenas con James Bond impropias de la serie, por, digamos, sentimentalmente profundas.
¿La aventura?… Bueno es toda ella una grandísimo macguffin del que sólo interesa saber que es brutal, imparable, que está llena de intriga, de interés y de escenas fabulosas y espectaculares.
Insisto, no soy un loco de la serie; me gusta, simplemente. Y ésta, especialmente. En cuanto a ella, la chica, Eva Green, pues todo lo dicho pero mucho más.
Otros temas Oti Marchanteel