He visto ‘Luz de Domingo’, la película de Garci, y me dispongo a dejar aquí mis primeras impresiones. Luego las puliré y ampliaré para un artículo que he de escribir en el ABC cultural y supongo que también para la crítica.
Sin duda, la película de Garci es de Garci: está compuesta de todos sus líquidos y sus sólidos, desde el tono nostágico que ya da el hecho del narrador, la voz en ‘off’, hasta sus evocaciones americanas… La historia es de Pérez de Ayala, pero ha sido abducida por completo por el universo de Garci. Técnica, narrativa y climaticamente, ‘luz de domingo’ es un portento: qué bien contado y dibujado está todo; las interpretaciones son puro Garci, con especial acento en todos sus secundarios (parecen traídos de otra película suya, como El Abuelo, igual vestidos y redichos; muy bien Kitti Manver y Manuel Galiana) y en Carlos Larrañaga y por supuesto Alfredo Landa…
El rubicón que tenía que cruzar Garci, o su película, es que ha de pasar casi sin tomar impulso del suave melodrama a la brutal tragedia; y lo hace, a mi modo de ver, casi sin despeinarse, sin que se le agite el pulso o la respiración: la película emboca hacia su destino con fuerza pero sin presunción. La música (que a mi oreja le pareció espléndida) es quizá la que más marca el cambio de ritmo. La luz es, en efecto, de las de día de fiesta, y la fotografía espectacular.
La cosa está en responder a la siguiente pregunta: ¿emociona esa emocionante historia?. A mí, me dejó pensar, lo cual no siempre es bueno. Y pensando en ello llegué a una conclusión que no sé si es spoiler o no, pero el que quiera puede dejarla para posterior lectura:
Cualquier juicio apresurado dirá que la película habla en esencia de la venganza, de la necesidad de satisfacer los agravios y recomponer los honores. Pues, tal y como yo lo veo, lo que consigue Garci es que Luz de Domingo hable de otra cosa: de solidaridad (la venganza, por así decir, no se ejerce por venganza, sino por solidaridad, por ganas de que las cosas sigan funcionando bien, por que cada cual sea como es en realidad: ‘tú has de ser como eres y yo he de ser como soy’, le dice un personaje al otro casi al final)…
Y estas son, muy a vuelatecla, mis impresiones sobre ‘Luz de Domingo’
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