He participado en la elección de los premios Sant Jordi de cine de este año, y me alegra poder decir que me gusta mucho el resultado. No tanto porque estén en consonancia con mis gustos, que alguno de ellos no lo está, sino porque no riman en absoluta consonante con los listados oficiales; es decir, que tienen un puntito de hallazgo, o más certeramente, de reconocimiento a algunas películas que corrían el peligro de pasar injustamente al olvido. La mejor película es “Gente en sitios” y la mejor ópera prima “La plaga”, elecciones ambas que me parecen muy acertadas teniendo en cuenta que son críticos e informadores los que las han elegido.
Más me gustan aún las interpretaciones premiadas, la de Antonio Dechent por “A puerta fría” y la de Aura Garrido por “Stockholm”, películas por las que siento una muy especial inclinación. Lástima que Javier Pereira, el estupendo actor que se enfrenta a Aura Garrido en “Stockholm” no dé la impresión de que vaya a recibir todo el agasajo que se merece su buenísimo trabajo ahí. “La gran belleza” es la ganadora del premio a la mejor película extranjera, en lo que no hay hallazgo, pero sí buen criterio.
Y los premios a Matthew McConaughey por “Mud”, más sorprendente, y a Adéle Exarchopoulos por “La vida de Adèle”, intachable, completan este palmarés del que me siento satisfecho de firmar, aunque sólo sea el acta.
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