He esperado varias horas antes de ponerme a escribir aquí sobre los Oscar, ¿y por qué motivo?, ¿acaso para que el tiempo me permitiera reflexionar mejor lo que iba a escribir? Pues no, francamente. He esperado varias horas por pura vaguería. Además que, a mí, eso de saltar a la yugular de la noticia siempre me ha parecido algo que no le pega a mi físico: ni salto bien ni tengo unos incisivos dignos de mención. En fin, que ha pasado el tiempo y algo he de poner aquí, pero, más que nada, por poner, y no porque tenga nada importante que aportar al hecho en sí. Total, que más que reflexión será, como mucho, una flexión. Lo primero que puedo decir es que yo, como muchos de vosotros, ya sabía quienes iban a ganar casi todos los Oscar, por más que me resistiera a aceptar que era “Doce años de esclavitud” la vencedora del gran premio. Yo no creo, como he leído en algún sitio (menudo artículo se marcó el otro día Juan Manuel de Prada), que esta película sea un bodrio infumable, pero he de reconocer que no era mi preferida. Y sin ser un lince, más o menos contaba con los premios de Cuarón, de Matthew McConaughey, de Cate Blanchet, de Jared Leto y, por supuesto, de “La gran belleza”, y sospechaba que el guión original se lo merecía “Her”, aunque, según Prada, es una película para pajeros. También sospechaba que Martin Scorsese se quedaría a verlas venir, lo cual, supongo, que no es del todo justo. Ahora que se ha quedado in albis “Nebraska”, la película de Alexander Payne, diré que es la que más ganas tengo de volver a ver, y creo que será la que más ganas tenga de volver a ver dentro de diez o quince años, si el tiempo y lo demás me dan la ocasión.
No sé si la ceremonia fue divertida o aburrida, pues he tomado la sana costumbre de verla muy en diferido y sólo los momentos que me sugieran interés o curiosidad, como ése de Darlene Love cantando sus agradecimientos por el Oscar al mejor documental, “A veinte pasos de la fama”. Y dicho lo cual, alguno se preguntará, ¿y para esto tanta espera? Craso, corsa, rasco, rosca, caros, croas, arcos y, por supuesto, Oscar… Si se os ocurre alguno más, no tenéis más que decirlo.
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