En los años cuarenta y cincuenta, un francés llamado Jacques Tourneur hizo tantas grandes películas en Hollywood que a mí ahora me construye un pasadizo por el que salir de mi huelga, reírme de los estrenos del fin de semana y hablar algo de cine. Un montón de ellas, y de toda índole y géneros. Joyas en el cine de terror (La mujer pantera, Yo anduve con un zombi), del thriller y del cine negro (Berlín Expres, Retorno al pasado), de aventuras (El halcón y la flecha, La mujer pirata)…, y hasta del western, con una película de mediados los cuarenta, ‘Tierra generosa’, que es sencillamente deslumbrante y que empieza con una de las mejores líneas posibles de toda la historia del cine: ‘llega a un pueblo Dana Andrews’ (línea que también uso, aunque de otro modo mucho más negro Otto Preminger en ‘¿Angel o diablo?’). Qué historia tan buena, tan moderna, tan vieja también…, qué paisajes, en los que se puede oler la hierba, qué color, qué actrices (Susan Hayward, Patricia Roc), y con el dueño de la mandolina, Hoagy Carmichael, y con Ward Bond y Andy Devine, que son al western lo que la uva al vino… Y ése es el asunto.
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