La película europea del año pasado es “Toni Erdmann”, una casi comedia alemana dirigida por Maren Ade que habla de la relación estrafalaria entre un padre cochondón y una hija más seria que la llave de una verja. Es larga, con algún golpe divertido, algún otro que roza lo genial, y con mucha emoción de esa al estilo alemán, o sea, como de tapadillo. Yo me encuentro entre los partidarios de ella, aunque tengo la impresión de que buena parte del público que vaya a verla se quedará un poco con el gesto torcido. Y tanto rollo dientes postizos de quita y pon del protagonista da un poco de asco.
Y si no “la”, sí al menos “una de” las películas españolas del año es esta rareza titulada “Callback”, con cierto parentesco entre su protagonista y el Travis Bickle de Scorsese, y con una mirada usual a la Gran Manzana y a los retortijones del cerebro humano. Casi sorprendente.
La comedia española “Los del túnel“, el melodrama romántico y antirracista “Loving”, otra sobre un aspecto distinto de la negritud, sus cualidades y logros, “Figuras ocultas”, una peripecia de encierro y liberación en el Chile de Pinochet, “Colonia”, y una de toma toma con Fassbender y Vikander titulada “La luz entre los océanos”… Mucho alpiste para un corto y helado fin de semana, y para una taquilla aún obsesionada con “La La Land”.
Venga, un empujón más y pasamos enero.
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