Pierdo el tren. Entro y salgo del blog como una máquina de tricotar. Hoy no tengo tiempo, todavía, de afinar la página, pero quiero al menos colgar ya el artículo:
He visto ahora lo de Gus Van Sant, y veo de corrido la de Winterbottom y la de Carlos Reygadas… Tengo que escribir de La Soledad, le peli de Rosales y de la última barbaridad del austriaco Ulrich Seidl.
Veo, vuelvo y cuento.
Salgo conmocionado de ver la película de Carlos Reygadas: es plomiza, arriesgada, descarada y sublime, dura dos horas y la mitad de la sala ha huido en la primera… Poco a poco, con una lentitud desesperante, se va convirtiendo en ‘Ordet’, hasta que se confunde con ella ante tus propias narices y perplejidad. Y te lo crees todo. Impresionante. No me había gustado nada lo hecho hasta ahora por Reygadas, Japón y Batalla en el Cielo me parecieron !puajjj!, pero ésta es la bomba.
Gus Van Sant gustará especialmente a los que degustan su último cine, aunque a mi juicio ésta es bastante mejor que las dos anteriores. Tiene mucho más alma (pero) en un cuerpo parecido, con grandes viajess aburridos sobre la espalda del protagonista, o sus pies…
Muy bien Winterbottom. Y muy bien Angelina Jolie en la su peli sobre el periodista que decapitaron los talibanes en 2002…
He escrito una crónica batiburrillo sobre todo esto, y me da pena no haber tenido ni tiempo ni espacio para hablar más de cada una. Especialmente de la de Jaime Rosales y la de Reygadas. Ojalá hablemos de nuevo de ellas.
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