Como se puede ver, no soy de los que se levantan en armas
contra “Que se mueran los feos”. Es una comedia que no tiene la finura de
Lubitsch (ja), ni el ritmo de Hawks (ja), ni el corazón de Capra (ja), pero es
muy probable que le arranque a todo aquel que la vea (sin hemorroides) varias
carcajadas. Es políticamente incorrecta, sí, pero con esa incorrección
televisiva que es, en el fondo, la línea de flotación de nuestra moral. Ni veo
grandes males en ella, ni tampoco en esa titulada “El discípulo”, por mucho que
quiera proponer una visión de Jesús más cercana a las juventudes de
Convergencia i Unió que a los Evangelios.
película mucho más inteligente, poética y retadora que todo lo anterior de este
hombre.
De lo demás, poco tengo que decir:
“ESO”, pues eso
Pero la estrella del fin de semana es la colección que arranca mañana con el ABC de ‘Crónicas de la Segunda Guerra Mundial’, con algunos de los mejores documentales hechos ‘en caliente’ por los más grandes directores americanos.