Me confieso fanáticamente heterosexual en ese sentido: no me gusta el Hombre-Lobo (Y no es que quiera dejar abierta cualquier otra posibilidad en otros sentidos; simplemente es que no vienen a cuento). No soy excesivamente aficionado al cine de terror y subgéneros y aledaños. De las muchas sensaciones y sentimientos que puede provocar una pelÃcula, el de pasar miedo y sobresaltos es casi la que menos me interesa. Prefiero reÃrme, empaparme de aventura, o incluso llorar. Pero, allá cada uno.
Pero, a pesar de mi ausencia de pasión por él, entiendo que haya gente, incluso gente cercana, que se apasione con esas historia de hombres lobos, vampiros, muertos vivientes, momias y tal y tal. Para ellos es esta noticia: sacan en deuvedé una serie de pelÃculas de Paul Naschy, todo un personaje dentro de ese tipo de cine. Paul Naschy es, en realidad, Jacinto Molina, ya un señor de edad provecta y de aspecto altamente recomendable; pero no siempre ha sido asÃ: demasiado pelo, demasiados dientes, demasiados músculos.
Los tÃtulos con los que arranca la colección son ‘El retorno del hombre lobo’ y ‘El espanto surge de la tumba’. Luego, mensualmente se le irán sumando ‘: ‘El jorobado de la morgue’ y ‘El mariscal del infierno‘, ‘La maldición de la bestia’ y ‘El carnaval de las bestias’, ‘Exorcismo’ y ‘Una libélula para cada muerto’, ‘Los ojos azules de la muñeca rota’ y ‘La rebelión de las muertas’.
Ni los Hombres Lobo, ni las Mujeres Lobas, se entiende.