‘Y usted, Mac, ¿ha estado alguna vez enamorado?… Yo, señor Earp, siempre he sido camarero’.
‘Me llamo Earp, Wyatt Earp’, dice varias veces el marshall unos cuantos años antes de que James Bond se hiciera el ingenioso con esa frase.
‘Señorita, me encanta su nombre::: Clementain’
y Henry Fonda se va a caballo hacia el fondo del plano, desde donde le sonríe la cresta del Monument Valley. Un Fonda magistral, sereno, embigotado, perfumado (‘the barber’, se justifica constantemente) y chiquillamente enamorado de la señorita Clementine Carter, que lo pone a bailar como un cebú.
¡Ay, amigos! Este fin de semana no estrenan nada ni lejanamente parecido a ‘Pasión de los fuertes’, o ‘Mi darling Clementine’, pero de todos modos dejaremos constancia de lo que hay.
Málaga, diez años como escaparate (información sobre el Festival de Málaga):
David Fincher, más que sangre en las venas (artículo de Toni García):
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