Dentro de un par de semanas se estrenará la película de Cesc Gay, que se titula ‘Ficción’. Tal vez no esté todo el mundo esperándola como a la de Scorsese o Woody Allen, pero yo sí lo estaba porque me gustó mucho ‘En la ciudad’. Y he dicho lo estaba, porque ya no lo estoy: la he visto. Reconozco que hay algo en la piel del cine de este director que me seduce, que sé cómo tocar; probablemente es el tono triste y taciturno de lo que cuenta, siempre empapado y deprimido por los achaques de las edades y las circunstancias: no hay modo de atravesar con soltura las décadas de uno mismo. Apenas cuenta nada en ‘Ficción’, pero la nada que cuenta tiene tantísimo que ver con el que mira (si el que mira es quien debe de mirar, claro), por lo general un tipo que también tiene la necesidad de anudar por fin su propio doble retrato: lo que quiso o creyó ser y lo que es realmente. Además, Cesc Gay cuenta una no historia de amor, que viene a ser la sublimación de lo romántico (una no historia de amor era también ‘In the mood for love’, o Deseando amar, la película de Wong Kar wai), pues la pareja se huele y acorrala de un modo infructuoso, estéril y mudo. La incapacidad del ser humano para darle salida a sus sentimientos: ése es quizá el argumento de ‘Ficción’, narrado en la jeta de Eduard Fernández, un actor que sabe transmitir la incapacidad de transmitir. Tela.
No me ha gustado tanto como ‘En la ciudad’, pero creo que es una muy buena película. Y apesadumbrada.
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