Me ha gustado la coreana ‘The housemaid’. Más que el ‘Wall Street 2’ de Stone y más que el milagro de Oliveira en ‘El extraño affaire de Angélica’. La coreana, de Im Sang-soo, es un ejemplo de cine sorprendente, con una historia que nunca llegas a dominar pero que resulta fascinante, entre una chica de servicio en una lujosísima casa y el mundo que allí la rodea, le acecha y tal y tal. Como la película se va reconvirtiendo según el guión le empuja a ella, es el mejor ejemplo de lo que digo: de la impresión de comedia se va a la de drama, de allí, al misterio, al miedo, al fantástico, y vuelta para allá y para ac-a. Eso es dominar la narración y sus formas.
Lo de Wall Street, que no está mal, tiene uno de esos desenlaces que chirrían como una puerta oxidada. Oliver Stone te da la murga con unas ideas para, luego, sin venir a cuento, decirte justo lo contrario. En este blog somos fans de Carey Mulligan, y sólo por ella, por su magnífico trabajo aquí y su sencilla y enternecedora presencia, vale la pena ver esta peli.
Antes de que empezara la proyección de la peli de Oliveira, se pasó un vídeo de tres minutos de Jafar Panahi, el director iraní apresado en su país.
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