Muy en la línea selvático tradicional de ‘Tropical Malady’, y con un regusto entre la leyenda y la espirtualidad, Apichatpong Weerasethakul (juro que no he mirado) vuelve a modelar el alma tai, su vaporosidad y su capacidad para disolverse entre la naturaleza en ‘Uncle Boonmee, quien puede recordar sus vidas pasadas’, una película cuyo buen discurso se traza algo disperso entre el cuento, la metáfora (algunas algo pedestres, como el de la cueva útero) y la hipnótica visual. A mí me ha gustado algo más que las anteriores, que ni me rozaron, aunque me sigue pareciendo un cineasta con ‘mundo’ pero muy hinchado por el entorno. Sí, naturalmente, le puede caer una Palma de Oro o cualquier otro premio.
Ya va quedando menos. Y yo, salvo sobresaltos, sigo con mis dos favoritas, la de Mike Leigh y la de Kiarostami. Y con ellas, creo, que me voy a ir para casa en la cabeza.
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