La película de Isabel Coixet, ‘Mapa de los sonidos de Tokio’, rodada en Tokio, claro, y con mucho alarde visual, emocional y musical, llegó después de la de Gaspar Noé, ‘Soudain le vide’, dos horas y media de flipe visual en Tokio, con una historia o chaladura sobre un tipo muerto cuyo espíritu (que es quien nos cuenta la película) vaga por aquí y por allá haciendo cabriolas mientras que la música te machaca los costados.
Tras eso, lo de Coixet se vio con un ojo guiñado. Una historia que mezcla el ‘thriller’ suave con el romance áspero. Muy en Coixet, esta película tiene que gustarle a los que enlazan con ese estilo subido de tono y de diseño de la directora. Yo, lo reconozco, sí conecto bien con sus historias espesas y sus modos pulcros de contarlas.
De todos modos, no parece tener muchas opciones. Los favoritos siguen siendo hoy Haneke, Jacques Audiard, Resnais y…
Actor ha de ser o el joven presidiario de ‘Un profeta’, o el veterano André Dussollier. Y actrices, tras meditarlo mucho y mal, creo que solo puede ganar Charlotte Gaingsbourg por su pasote de ‘Anticristo’. Si no la premian por ello, ¿cuál será su consuelo?
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