Demasiados estrenos y demasiados que merecen la pena. Suena a queja, pero no lo es, claro. Hay coincidencia, aunque no unanimidad crítica, con respecto a “Caníbal”, la película de Martín Cuenca sobre la cara oculta del psicópata, un poco en aquel sentido en el que Jaime Rosales hizo “Las horas del día”. En general, se han apreciado sus virtudes, pero también de una manera u otra se ha señalado eso que yo llamo “el efecto Cuenca” en lo narrativo; enlazo con mi apreciación sobre “Caníbal”
Hay algo más de discrepancia sobre la última de Marisofi, “The bling ring”, que hay por ahí quien la considera el no va más, y que concretamente a mí me parece un peldañito de bajada en su variada filmografía: Lo argumento un poco más aquí.
En la de Lee Daniels, “El mayordomo”, creo que la crítica papelera ha sabido ver la laguna pero, tal vez, se ha pasado por alto lo que tiene de océano. Demasiado empeño en parecer la película del año, algo que dista mucho de ser. Crítica de “El mayordomo”.
Sobre “El médico alemán”, la película de Lucía Puenzo, el que más ha sabido profundizar y ver en ella ha sido, como es natural, Antonio Weinrichter, que la pone por las nubes en este comentario. Algo parecido a lo que ha ocurrido con la película “Prisioneros”, de Denise Villeneuve, cuya crítica en ABC es más generosa que en otros medios.
“A pie de página”, “El rey de Canfranc”, “Mujer conejo”… Estrenos a porrillo, el mejor paisaje posible para el ejercicio de esta humilde profesión, y eso sin contar con que acaba de arrancar el Festival de Sitges, donde saltan las películas de diez en diez. Esto parece un casino.
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