El exceso de calor perjudica a algunas películas. En cambio hay un cierto tipo de cine que gana con las temperaturas altas. Por ejemplo el cine de Frank Borzage. Tal vez incluso gane, también, con las temperaturas bajas. No sé. Entre el peliculeo que he reunido últimamente, gracias a la generosidad del ABC, subrayo esa película de ‘Adiós a las armas’, con Gary Cooper y Helen Hayes, que no puede ser ni más elegante ni mejor. La propia vida de Hemingway, sus cosas, siempre tuvieron mucho interés. Al filo del cine remoto (es de 1932), esta película está hecha de tal modo que vista hoy no sólo resulta modernísima, sino que te das cuenta de lo poco que ha avanzado el arte cinematográfico en lo tocante, al menos, al lenguaje. Da igual que apenas si sepamos cómo se pronuncia Borzage: su cine es como la línea del horizonte.
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