James Bond ha cambiado más últimamente que Artur Mas, que creo que se está haciendo un tatuaje en la zona inguinal. Este James Bond que encarna Daniel Craig ya es, para muchos, el mejor Bond que ha habido nunca. Yo no me pelearía con nadie por defender eso, porque, aunque me gusta todo ese pasado turbio que le va saliendo, que parece uno de los Pujol, no puedo renunciar a toda esa levedad y aventura sin más que me proporcionaron Connery y los demás. Es como si a este Bond lo hubiera cogido hace algún tiempo Christopher Nolan, pero esto todavía no ha ocurrido, aunque probablemente, y dado el cariz que está tomando el asunto, acabará ocurriendo. Habría que ir pensando, pues, dejarle algo de oscuridad al personaje de Bond para cuando llegue Nolan…
Pero, en fin, a pesar de que puede resultar algo cargante un James Bond tan serio y que disfruta tan poco de sus licencias, la de beber, amar, matar (en realidad, en la película lo aclaran: Bond también tiene licencia para no matar)…, la película es estupenda a su modo, y el arranque en México hubiera hecho babear a Cecil B De Mille.
Enlazo con la crítica de ESPECTRE
Pero mi peli de este fin de semana es mucho más chiquitita y natural, se titula “Isla bonita” y la ha dirigido Fernando Colomo, pero como sin dirigirla, y como sin interpretarla, una de esas películas que parece que te pasara como a la chica de “La rosa púrpura de El Cairo”, que sale Colomo al patio de butacas y te lo cuenta.
Y también me gustan mucho “Una pastelería en Tokio”, película dulce, y “Dheepan”, película agria, de dos directores tan distintos entre ellos pero ambos excelentes, Kawase y Audiard.
Y no he visto “La promesa”.
Y había muchas más películas entre las que elegir. No sé si es bueno o no lo es eso del Día del Cine y tal, pero parece que funciona y que la gente acude a borbotones a ver películas. Leo en Nosolocine.net que se han vendido más de dos millones de entradas, y contra eso no parecen posibles muchos argumentos.
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