Todo ha ocurrido al menos una vez antes, en algún sitio, a
alguien… Y pensar que una cosa es más real que otra, o que otra es más
falsaria que ésta, creo sinceramente que a veces habla más de quien lo piensa que de la
cosa en sí. Eso, en cuanto a realidad y falsedad, en cuanto al valor y la
cobardía, aún es mucho más complicado de establecer una línea clara: me refiero
a que no sé (nadie sabe) para qué se necesita más valor, si para terminar una
película con el beso de la pareja protagonista, o si para añadirle unas
secuencias y acabar con su divorcio… Creo que tanto el principio como los
principios, y tanto el fin como los fines de “An education” están en su sitio,
o al menos en un sitio tan real y tan valiente como cualquier otro.
Cualquier final de una jovencita enamorada de un maduro
atractivo y divertido, cualquiera, es absolutamente real y sin duda ha ocurrido
en muchas ocasiones: y el más desastroso no es ni más ni menos real ni menos ni más falsario
que el más digno o el más instructivo o el más dramático o hasta el más cómico.
Que yo vea más “acorde con la realidad o con la valentía” uno u otro no cambia
el asunto.
Aunque de lo único que estoy seguro en esta película es de que cualquier adjetivo que se le aplique a Carey
Mulligan siempre será escaso.
…. Pero sería interesante, y puesto que este blog no debería de ser un blog de personas a las que se le pueda reventar una película por el hecho de revelarle el final, que transcurridos unos días de respeto al estreno lucubráramos sobre los posibles finales de ‘An education’ y nuestros propios estados de ánimo.
Otros temas Oti Marchanteel