He visto hoy la versión ‘reducida’ de ‘Agora’, película a la que, según parece, Amenábar le ha quitado unos quince minutos de aquella otra que vimos en Cannes.
Punto uno: no he notado la falta de esos quince minutos ni ninguna escena o momento que recordase.
Punto dos: me gustó, me gusta y me temo que me gustará. No estoy en absoluto de acuerdo con quienes la considera ni fría ni ensimismada ni ninguna otra cosa rara. Hace un retrato (más cinematográfico que histórico) del personaje de Hipatia a mi modo de ver fascinante y apasionado (por la ciencia, no por lo tíos que la rodeaban, lo cual me parece realmente sabio por su parte), y un relato de los acontecimientos (sólo ciertos en parte) que me tienen pegado a ellos durante las dos horas que duran.
Punto tres: supongo que debe de ser fácil ironizar sobre la mirada de Amenábar al universo, pero lo cierto es que, al menos a mí, me cuenta maravillosamente bien una hsitoria confusa en unos tiempos confusos en un lugar aún hoy confuso. Y me entero como si fuera realmente listo. También supongo que debe de haber al menos otro modo más ‘riguroso’ y coñazo de contar lo de Hipatia y compañía, pero afortunadamente no es el caso, con lo que puedo decir esto de que me he enterado de algo.
Punto cuatro: Rachel Weisz
Punto cinco: la música, el plano general, hasta incluso el plano sideral que te conecta con la pasión de esa mujer por el universo. Tampoco es difícil hacer gracietas con todo eso, pero todos sabemos que hacer gracietas es fácil, especialmennte yo, que me paso la vida haciendo gracietas de esa seriedad del asno de tantos y tantos directores y argumentadores de directores.
Punto seis: No es presuntuoso el que baja al agora a contártelo, sino el que se sube a un pino para hablar bajito.
Punto siete: no hay
Otros temas Oti Marchanteel