“Vida salvaje”, de Cédric Kahn, le ha puesto el piercing a la sección competitiva. A mí me ha dejado insatisfecho esa historia de padre que se lleva a la brava a sus dos hijos cuando su mujer se separa de él… Aún le doy alguna vuelta a lo que pretende contar, si hay que revisar los asuntos legales de la custodia, si es un elogio de la vida jipi y campestre, si los hijos aunque pequeños han de decidir algo, o si no lo han de decidir. Pero ya me olvido y le hago un guiño a la película de Isaki Lacuesta, “Murieron por encima de sus posibilidades”. Un guiño, pero con los dos ojos. Mamma Mía, qué despropósito; me hubiera gustado reírme aunque sólo fuera una vez. En fin, las hará mejores, hay que esperar.
Y hoy dan los premios, y yo estoy dispuesto a no acertar ninguno, pues mi Concha de Oro sería para “The Drop”, y naturalmente premiaría también a “La isla Mínima” y “Loreak”, y a Carlos Vermut y a José Sacristán, y a Javier Gutiérrez y a Tom Hardi, y a Hadas Yaron por “Félix y Meira” o a Nina Hoss por “Phoenix”.
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