Yo me rindo, y del modo en el que he titulado esto. Hasta el punto de que me hubiera quedado ya en la sala a ver la segunda. Me dieron ganas de levantarme y aplaudir en los títulos de créditos, porque cogerle el aire a Saul Bass y a Hergé es saber mucho de lo que se va a hacer. Y sacar al personaje de su molde, encontrarle otro y que se fundan en esa nueva masa ya inseparable, me parece la síntesis del talento. Un auténtico ser y no ser al tiempo.
De paso, me confieso admirador de los dos personajes tan cuestionados, de Tintin y, por supuesto, de Spielberg, que han ennoblecido y enriquecido infinidad de mis tardes desde que tengo recuerdo.
cine Oti Marchanteel