Pocas veces me ha gustado tanto una película al instante de verla como me gustó, cuando la vi, “El último tango en París”. Y casi lo mismo puedo decir de Maria Schneider… No tuvo la suerte de ir a más, pero no por ello hay que olvidarse de su topetón con Brando en una época en la que encuentro se escribía con hache.
cine Oti Marchanteel