Estos pinreles son los de Kim Ki-Duk, el director coreano, que estaba desaparecido desde hace unos tres años y que ahora viene explicar por qué en una película titulada “Arirang”. El raro director ha hecho todo en ella, desde la filmación, el sonido y el montaje, hasta la interpretación: es él confesando la depresión en que se sumió cuando una actriz estuvo a punto de morir durante el rodaje de “Dream”… Habla, y habla, y canta, y llora, y todo se desenvuelve entre la impresión de un “reality” y una falaz puesta en escena. Antes de la proyección, subió Kim Ki-Duk al escenario con un pedazo de abrigo que daba angustia, porque estábamos a treinta grados. Es raro el Duk. Y a su modo le arrebató el trozo de pastelillo a Nanni Moretti, que había presentado su “Habemus Papa” a su estilo de siempre, como si acabara de inventar la rueda………………
…………………. La historia es prometedora en su arranque, incluso ingeniosa y sorprendente en algún giro; luego se estanca por su mala tragadera: le falta filosofía a la película, base, poso… Vale la idea (El Papa, recién elegido por el Cónclave de Cardenales, pierde pie ante la responsabilidad y no sale al balcón de la Plaza de San Pedro…), pero se le cae a Moretti en el mismo pie.
Y una peli mexicana titulada “Miss Bala”, de Une Certain Regard, vino a contar lo fácil que es en México que el día se le tuerza a uno (una) hasta niveles impensables. Las peripecias de una joven entre las mafias, la poli, el tráfico de drogas, las balas y el pastel surrealista de los concursos de belleza le permiten al director Gerardo Naranjo dejar en la pantalla una película con los músculos hinchados. Y espero que a nadie le moleste que incluya una imagen de la protagonista, Stephanie Sigman, en una de sus escenas más tranquilas:
cine Oti Marchanteel