Coppola no era el centro del festival, pues su pelÃcula se proyectaba en uno de los laterales, pero tiene el gancho suficiente como para desplazar el centro hasta un lado. ‘Tetro’ es una pelÃcula rarÃsima, descompensada, que mezcla mal el buen blanco y negro con el color, y que se le pasa de frenada: el último tercio es, sencillamente, terrible, y hay que esforzarse para recordar que todo el arranque habÃa sido estupendo.
En el enlace de ‘Tetro’ comento de pasada dos de las pelÃculas a competición, la muy chorra ‘Spring fever’ y la más entonada ‘Fish Tank’.
A media tarde pude ver la de Kore-Eda, ‘Air doll’, o muñeca hinchable, una larga y estirada mezcla de poesÃa, humor naif, melodrama romántico y chaladura que tiene momentos muy brillantes y otros de un mate atroz.
Y aún después de eso, y aunque será material de la crónica que escriba mañana (creo que voy tan rapido que me voy a pillar por la espalda) y se publique pasado, pude endosarme la de Park Chan-Wook, ‘Thirst’, una borrachera narrativa en la que el personaje central, un cura, es también un vampiro (además de chino, claro)… Se pasa de la risa al asco y de la extrañeza a la reflexión, el conjunto es muy desequilibrado y desquiciado, aunque supongo que tiene ese punto moderno que lo salva de la quema.
Se me han escapado el irani Ghobadi y la japonesa Kawase…
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