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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Zidane, el psicólogo al que todos creen

Tomás González-Martínel

Después de un año al frente del campeón de Europa, como ayudante de Ancelotti, el astro de las dos zetas ha decidido comenzar su carrera de entrenador en solitario desde abajo, desde el Castilla, en Segunda B, donde muchos equipos dan más patadas a las piernas que al balón.  Zinedine Zidane, Zizou para los amigos, se aleja del foco bonito del primer plantel, donde ha realizado una buena labor, para ganarse su capacidad con los chavales que quieren llegar a ser como él. 

ZZ ha dejado una gran impronta en la plantilla campeona de Europa. Él ha sido el hombre que ha cogido a Jesé, a Isco, a Morata y a otros jugadores jóvenes y les ha dicho por qué no jugaban y cómo podían jugar. Lo que debían mejorar en intensidad, en ilusión, en sacrificio físico en el campo para ser titulares o tener más minutos.

A Jesé le pedía paciencia, que tendría tiempo y partidos. Que no escuchara esas voces radicales que exigían su titularidad ya. Así fue: tuvo minutos y partidos. Y se lo llevaba a rematar al primer toque, con balones a media altura, para mejorar su remate a portería en esos balones complicados que llegan con efectos extraños. El canario se lesionó y ahora busca emular ese mismo camino, para ser el futuro delantero titular del Real Madrid.

Zizou cogió a Isco, un superdotado técnicamente, y le pidió trabajar más en el centro del campo. Cogió a Morata y le solicitó serenidad, nada de ansiedad. El francés ha sido un gran psicólogo para los futbolistas. Les hablaba un dios del balón, el rey del regate con rosca, el virtuoso del malabarismo, el icono de la elegancia en el juego, solo comparable con Redondo. El hombre que ganó el Mundial 98 con sus goles y su dirección. El que hizo de la Champions una imagen mundial con su golazo a la media vuelta frente al Bayer Leverkusen, en Glasgow. Allí, en la ciudad escocesa, se han vivido dos momentos legendarios para el fútbol: la final de la Copa de Europa 1960, con la victoria del Madrid sobre el Eintracht de Francfort por 7-3, considerado el mejor partido de la historia, y el mejor gol de la historia de la Champions, el de Zizou, en 2002, con triunfo por 2-1 del Real Madrid sobre el Bayer Leverkusen. Dos equipos alemanes y un español, el blanco. Zidane enseñaba a Jesé precisamente ese disparo a la media vuelta que el galo ejecutó en la final de la Liga de Campeones 2002.

Todos los futbolistas del Madrid creyeron fielmente en los consejos de Zidane. Se los daba un hombre que había llegado a lo más alto. les decía cómo llegar, como él. Ahora, esa labor de psicología la aplicará sobre los chavales del Castilla. Nadie mejor que él. La ilusión saldrá a borbotones. Toma la responsabilidad de un barco difícil, destrozado con el descenso tras una campaña de vaivenes. Ahora quiere crear él mismo la plantilla. Subir a Segunda a la primera. Es un reto para empezar una carrera hasta alcanzar lo más alto dentro de un tiempo: dirigir el Real Madrid.

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