Lo bonito y breve, dos veces bueno. Zidane manifestó, en un análisis interno, concienzudo, que el cargo de entrenador desgasta mucho y si eres el responsable del Real Madrid el desgaste es supremo. Muchos entendieron el mensaje como una advertencia de la despedida en junio. Ramos dio otra variante a la probabilidad del adiós del francés, al enjuiciar que si Zidane ganara su tercera Champions consecutiva, podría irse a casa con el arsenal de títulos bien repleto.
El responsable deportivo del Real Madrid ha visto que todas esas palabras se han interpretado como una retirada y ha salido a la palestra para advertir que está en el ecuador de los cuarenta (años), que se siente joven y que quiere continuar al mando del Real Madrid si el club así lo quiere.
De momento, la entidad lo quiere hasta junio de 2020, que es lo que estipula el contrato ofrecido por Florentino Pérez, mejorado económicamente y ampliado en 2017, que fue rubricado por el protagonista. Zinedine siempre ha firmado lo que le han ofertado. No ha pedido un euro. Mucho deberían seguir su ejemplo. Las cosas se ganan en el campo, no negociando en los despachos. Cuando exiges mucho en la negociación, significa que quieres cubrirte bien el riñón porque no confías en tu posibilidades de triunfos y piensas que te pueden echar en cinco meses o antes. Zizou nunca pensó así.
Ahora ha dejado claro que disfruta en el Real Madrid en cada día de entrenamiento o partido. Que es su vida. Que el Real Madrid es su sueño. Y que quiere seguir en su puesto de trabajo más deseado. Bueno, su puesto más añorado es el de futbolista. Lo dejó anticipadamente en 2006 y perdonó un año de contrato al Real Madrid. Algunas veces le echamos de menos en el césped. Florentino, hay que inscribirlo también como jugador.
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