El Real Madrid ataca su última salida consecutiva en la región madrileña con la visita al Rayo Vallecano, un equipo acuciado por el descenso que no podrá alinear a Raúl de Tomás, cedido por el conjunto blanco. Vinicius no jugará. Zidane prepara una alineación nueva, otro «casting». Si en Getafe alineó a Brahim, que fue la figura del encuentro, y a Valverde y a Sergio Reguilón, ante el cuadro vallecano hará debutar en su once a Courtois, que no ha podido jugar hasta ahora por culpa de unas molestias musculares que le afectaron en diversas zonas. La titularidad de Courtois abre un periodo de examen con el belga y Keylor, en busca del guardameta titular de la próxima campaña. El entrenador ya ha manifestado que habrá un portero fijo. Falta por escuchar quien será.
Pero el madridismo no se preocupa por el duelo de los porteros, piensa en Hazard, Pogba y Neymar. Los tres centran los sueños del madridismo ante el futuro. Le cuestionamos al técnico francés si los sueños se cumplen en el Real Madrid. Neymar ha dicho que su sueño sería jugar al lado de Hazard. El marsellés es rotundo: «Sí, los sueños se cumplen en el Real Madrid. Ya veremos que pasa». Sin mencionar nombres, subrayó que sabe muy bien lo que quiere: «Yo he expuesto al club los perfiles de jugadores que deseo traer». Le preguntamos si Bale y Hazard pueden jugar juntos y espetó: «Los grandes jugadores siempre pueden jugar juntos. En mi época decían que Djorkaeff y yo éramos incompatibles. ¡¡Vaya tontería!!».
Esta es la gran verdad de este largo mercado de verano que comenzó el 6 de marzo. El Real Madrid necesita renovar un equipo campeón que ya ha entrado en la treintena en muchos casos (Ramos, Marcelo, Modric, Keylor, Benzema) y que requiere savia nueva. Guste o no, esta es la realidad. Lo mismo sucedió con Di Stéfano en 1964. Los grandes campeones nunca saben marcharse. Piensan que son los mismos y que pueden continuar. Y no es así. Los grandes equipos duran cinco años y después hay que renovar.
Zidane fue el ejemplo. Vivió el sueño del Real Madrid, vino y ganó la Champions 2002 con su golazo. En 2006 dijo que no era el mismo y se fue, aunque tenía un año más de contrato. Perdonó unos emolumentos de seis millones, perdonó un coste total de doce millones al Real Madrid. Florentino Pérez adujo entonces y subraya ahora que nunca ha conocido una persona más honesta. No pidió un euro cuando ascendió como primer entrenador, el 4 de enero de 2016, y acaba de firmar su nuevo contrato, el 11 de marzo, sin pedir un euro. Y en tres años como técnico obtuvo otras tres Copas de Europa. Era un entrenador novato y cumplió todos los sueños de cualquier técnico en un trienio, con nueve títulos.
Zidane no viene al Real Madrid a ganar dinero, sino a ser el mejor entrenador y ganar títulos. El francés disfrutó del sueño de triunfar como jugador y como entrenador en la entidad madridista con el éxito en odas las competiciones soñadas. Avisa a Neymar que aquí, en efecto, se viven los sueños reales. Y le deja entrever que puede disfrutarlos al lado de Hazard. En el Real Madrid se cumplen los sueños, sí. Cuatro Champions en cinco años. Hazard y Neymar no han levantado ninguna. Ya saben, viene a decirles Zidane. Vino dos veces y lo ganó todo. Les anima a emprender el camino ganador al más alto nivel.
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