La clave del cambio del Real Madrid es la introducción de los jóvenes en la alineación tras dos años de una transición que marcó el adiós de Cristiano y la obtención de La Decimotercera Champions. Una transición que Zidane no se ha atrevido a convertir en cambio hasta ahora. Y es la hora. Es el momento.
La crisis de resultados del Real Madrid durante esta temporada ha obligado al entrenador a realizar el cambio necesario, el que espera el madridismo, el que espera el propio Real Madrid. El club invirtió mucho dinero en hombres como Rodrigo (45 millones), Vinicius (otros 45), Odegaard (10), Valverde (5), Jovic (60) y estos jugadores tienen que entrar en el equipo porque la mayoría demuestran que, cuando saltan al campo, merecen jugar. Solo Jovic, gafe en todo, y Odegaard, maltratado por las lesiones, no han ofrecido aún lo que se espera de ellos. Muchos piensan que algunos futbolistas no han demostrado que deban tener minutos, pero esa visión es incierta, porque no se les dio continuidad.
Rodrygo y Vinicius han dejado claro que cuando se les otorgan partidos como titulares funcionan y Zidane lo ha comprobado en estos encuentros en los que ha contado con ellos. El Real Madrid ha funcionado muy bien con ambos por las bandas. Introducen calidad, opciones, disparo, centros y velocidad de crucero al equipo. El cambio del Real Madrid está en su misma plantilla. En ella están Valverde, Odegaard, Mendy, Rodrigo, Jovic y Vinicius. La revolución está dentro.
Rodrygo es un buen ejemplo de esta realidad. Ha sido el hombre fundamental en la clasificación dal Real Madrid para los octavos de final de la Copa de Europa. Fue decisivo con sus dos goles en los dos envites frente al Inter y ahora lo ha sido con sus incursiones y su centro medido a Benzema en el segundo gol frente al Borussia. Magnífico el partido del brasileño en constante relevo con Lucas por la banda derecha. Los dos volvieron locos al Borussia.
Vinicius es otro arma letal que zidane no ha explotado al máximo hasta hoy, dando prioridad a Hazard y a Marco Asensio. Ya se ha dado cuenta que Vini debe jugar habitualmente. Jugó muy bien en el Sánchez Pizjuán y es siempre el delantero más agresivo cuando le conceden la titularidad, porque su velocidad rompe físicamente a las defensas rivales.
Odegaard no ha tenido la oportunidad de demostrar lo que vale porque las lesiones le has destrozado, pero si Zizou le concede también partidos constantemente adquirirá la confianza para rendir cómo se espera.
El Real Madrid tiene plantilla para hacer mucho más. Zinedine ha comprobado que son catorce jugadores los que le funcionan bien y son los hombres de los que está tirando. Ya no hace rotaciones y rotaciones que nadie entendía para dar minutos a Marcelo e Isco y destrozar partidos como sucedió frente al Cádiz, el Valencia y el Alavés, regalados de salida con sus alineaciones. Los árbitros, después, terminaron por rematarle.
Ahora que gana es cuando hacemos la crítica. No hacemos leña del árbol caído, sino crítica constructiva cuando se gana. Zidane debe comprender que en el Real Madrid no hay entrenamientos ni fogueos. Los jugadores que tienen que liderar la transición necesaria están dentro. Está claro que el equipo necesita un delantero goleador para rematar el cambio, pero el resto de la revolución se encuentra en la plantilla y lo que debe hacer su responsable es utilizar a esos hombres y no seguir dependiendo de los veteranos por añoranzas de títulos antiguos.
Modric y Kroos han respondido y rinden en estos partidos de la verdad, pero todos sabemos que no pueden jugar bien noventa minutos cada tres días porque su físico ya no da. Zizou está realizando el cambio obligado, pero es que era necesario. Cuando ha sacado a los jóvenes y a los hombres que rinden, su futuro en el cargo ya no ha estado en peligro. Los resultados le han forzado a hacer lo que debió realizar mucho antes. Mejor tarde que nunca.
