Ténganlo muy claro: hacer el pasillo ensalza a quien lo hace por su grandeza. No lo humilla. Son los presidentes cainitas, acomplejados, y las prensas partidistas y paletas las que se han cargado el honor de esa actuación al señalar a quien lo ejecuta como un ser inferior. Hasta hace una década, el Real Madrid y el Barcelona se hacían el pasillo. Fue muy bonito ver cómo el Barcelona de Rijkaard hacía el pasillo a Raúl, que aplaudía a un joven Messi por tener ese gesto, Mientras Ramos saluda a su amigo Puyol. Eran todos muy grandes, empezando por el entrenador holandés, gran exjugador en el Milán.
El Real Madrid hizo el pasillo. Pero el ambiente se enrareció desde que la prensa catalana publicó en 2016 que se habían cubierto veinticinco años de la humillación sufrida por el Real Madrid al realizar el pasillo al Barcelona de Cruyff en 1991. Esas palabras, provincianas, definían perfectamente el ambiente de enfrentamiento provinciano que se jaleaba desde la prensa adicta barcelonista.
Ahora, el Barcelona, y otros clubes, están rodeados de psicólogos y supuestos gurús que dicen que no hay que rendir honores a los contrarios porque se alimenta la debilidad propia. Son cuentos chinos que dan de comer a esos engañadores oficiales, que se hacen ricos contando mentiras y creando más complejos en unos dirigentes y clubes ya de por sí acomplejados. Hacer el pasillo te hace más grande. Como diría Luis Aragonés, que tira penaltis junto a su amigo Di Stéfano en el cielo, hay que hacer el pasillo, aplaudir al contrario, felicitarle y después ganarle 3-0 en plena debilidad, porque el halago debilita.
El resultado de estas tonterías de los gurús engañabobos es que ahora no se hace el pasillo porque dicen, con la idiotez mental que venden, que no dar ni agua al enemigo engrandece tu personalidad. Todo lo contrario, esa negativa destaca tu enorme complejo. Pero si dicen eso no cobran y no les fichan esos presidentes que sienten lo mismo, un gran complejo.
Ernesto Valverde tuvo que salir a la palestra en diciembre para decir que el Barcelona no hacía el pasillo al Real Madrid por un título, el Mundial de Clubes, en el que el Barcelona no había participado. Es una ridiculez, pues quien juega el Mundial de Clubes es porque antes ha ganado la Champions, que el Barcelona perdió en semifinales ante la Juventus. Por eso, el Mundial de Clubes tiene el poderío de de coronar al campeón de Europa frente a los otros campeones de otros continentes.
Era una tontería, la que tuvo que manifestar Valverde, que acabó con una carencia de Fair Play que ya impregna al Barcelona oscurecido por el independentismo. “El Barcelona hará lo que decida Cataluña”, dice Bartomeu. E hicieron una falsa huelga en la Liga en su lucha independentista, pero jugaron, porque perdían tres puntos. Messi pidió la cláusula de libertad contractual si el Barcelona pertenece a una Cataluña independiente, porque ese club, entonces, ya no será nadie en Europa, sin jugar la Liga española. eso sí que es un pasillo hacia el pozo.
El Real Madrid, Zidane, ha contestado que no hará el pasillo al Barcelona en el próximo clásico, si se tercia. Pero unos días antes de ese cara a cara liguero en el Camp Nou se habrán disputado las semifinales de la Champions. Con todo respeto a la Juventus y a la Roma, si los dos equipos españoles (¿el Barcelona se siente español, por cierto?) vencen en sus eliminatorias europeas, ya bien encauzadas, puede producirse un duelo Real Madrid-Barcelona en semifinales. Y si los blancos eliminan al Barcelona en Europa, ¿quién debe hacer el pasillo a quién? Lo debería hacer oficialmente el Real Madrid, porque aún no sería campeón de Europa, mientras el Barcelona ya será campeón de Liga. Yo aconsejaría que lo hiciera. Y acabar con estos complejos tan tontos.
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