Durante años, durante lustros, Florentino Pérez ha escuchado duras críticas a la confección de su plantilla. Los éxitos del Barcelona significaban el ataque a su gestión. El Real Madrid sumaba más puntos que nunca, llegaba a los cien por campaña, y el club era acusado de hacer un mal trabajo. No era cierto. La labor de los dirigentes del Real Madrid era buena. Se fichó a Figo, a Ronaldo Nazario de Lima, a Zidane, a Beckham. En su segunda etapa, que hoy continúa, Florentino Pérez contrató a Cristiano, a Benzema, a Xabi, Arbeloa, a Kaká, a Varane, a Ozil, a Khedira, a Bale, a Modric, a Di María, a Kroos. El conjunto blanco ha ganado tres Champions con Florentino Pérez. Y dos Mundiales de Clubes. Y una Copa Intercontinental. Y tres Supercopas de Europa. Y sin embargo ha soportado críticas porque en España el que ganaba habitualmente era el Barcelona. Sencillamente, el Real Madrid se ha enfrentado durante más de una década al mejor Barcelona de la historia, con Messi al frente. Ese ha sido su único error.
Florentino Pérez fichó a Mourinho para cortar esa tendencia. Con Mourinho ganó la Copa 2011 y recuperó la Liga (la de los récords) en 2012. El presidente blanco adquirió a muchos de los mejores futbolistas del orbe. Y ha triunfado a escala internacional. Ahora aspira a celebar el primer doblete consecutivo de la Champions moderna, que exige tal desgaste que nadie lo ha conseguido. El Real Madrid ha conquistado dos Copas de Europa alternas, en 2014 y 2016, suma siete semifinales consecutivas. Y sin embargo se le critica. Ahora quiere ganar la Liga de Campeones de 2017 y también se le critica. Hoy no, tras la goleada al Atlético, pero hace unos días se acusaba a Zidane de no alinear al equipo B. Hoy nadie dice nada de eso. Hoy no toca, que decía un político acusado de todo, allá por el nordeste de España. Pero a Zidane lo volverán a criticar dentro de unos días, en cuanto el Madrid B sume otra victoria. Es el precio que paga el club más afamado del mundo. Critica, que es gratis y algo queda.
Es cierto que Florentino Pérez tiene muchos enemigos. Y la situación geopolítica alimentada por los contratos televisivos crean adversarios empresariales e influyen en esas valoraciones. Pero criticar el trabajo de creación de la plantilla del Real Madrid, porque sea obra de Florentino Pérez y sus colaboradores, es de ignorantes. Al presidente le han acusado durante años de su amor por los medias punta y ahora todos elogian a Asensio, a Isco, a James. ¿Entonces, en qué quedamos?
El dirigente madrileño y sus asesores, que los tiene y son muy influyentes, pero eso no vende decirlo, han forjado un plantel que se basa en la premisa de futbolistas jóvenes y con ansia de títulos. Se ha fichado a hombres que poseen talento y que adquieren la experiencia que exige el club muy pronto, para superar la presión y demostrar su clase con veinte años. Asensio, Isco, James y Kovacic, como antes Marcelo, han crecido en el Real Madrid hasta ser figuras.
A ellos se ha sumado un gran trabajo de cantera. Carvajal, Nacho, Lucas, Casilla y Morata son producto de ella. Pero no interesa decirlo. Se ha criticado al Real Madrid durante años por no sacar futbolistas. Hoy no se dice nada. El club ganará o no la Champions o la Liga este año, quizá consiga las dos o ninguna, porque todo dependerá de un mero gol, pero eso no quitará el mérito del trabajo bien hecho. Una labor que no solo ha hecho Florentino Pérez, sino también sus ayudantes, que son importantes. Pero decir esto tampoco vende. Vende más dar la imagen de un presidente que decide en solitario y que es caprichoso en sus fichajes.