Tardaron diez minutos los enemigos de Florentino en acusarle de todos los males de la incompetencia cuando el Manchester dejó colgado el 31 de agosto al Real Madrid al no devolver y presentar a tiempo los papeles del traspaso de David de Gea (al Real Madrid) y el fichaje de Keylor Navas (al United). Los fallos del club inglés, que es un desastre desde que Ferguson dejó de mandar y otros directivos dejaron de dirigir, perjudicaron ostensiblemente y por segunda consecutiva en dos años al Real Madrid. El año pasado no tuvo trascendencia mediática, porque quienes se quedaron colgados fueron Coentrao, que se marchaba al Manchester y se bajó del avión, y Siqueira, que venía al Real Madrid y se quedó con las ganas. Siqueira siente un cariño por el club británico de por vida que nunca podrá transmitir. Ahora, la historia se ha repetido. Y la equivocación de Florentino, la única, fue tropezar dos veces con los mismos burros, y no precisamente el del Conde Lucanor y Rafa Benítez.
Ese error de confiar dos veces en los mismos incompetentes lo ha pagado caro el dirigente blanco. Y ha dado carnaza para quienes le esperan en las Asamblea Ordinaria y Extraordinaria del club, que se celebran el sábado . Allí se espera que salgan a la palestra, aprovechando el caos del día 31, Carlos Mendoza y otros opositores. Ya sabemos cómo son los opositores. Si están en el club se callan y entonces no hay problemas. Si no siguen, critican todo lo que podían haber criticado antes y entonces no lo hacían. Moreno Cariñena, por ejemplo, acusa ahora a Florentino de las causas de todos los males del Real Madrid, pero no lo hacía cuando estaba integrado en la casa hace muy poquitos años. Dejó de ser compromisario y, mira por dónde, entonces el club tenía unos problemas enormes de dirección. Vaya por Dios. La vida sigue igual.
Lo mismo sucederá con Carlos Mendoza, habitual expositor de todas las deficiencias de la casa. Criticará que el Real Madrid no ganó títulos. Y no es cidrto. Ganó el Mundial de Clubes, la antigua Copa Intercontinental. Pero eso ya no vale. Si valía cuando las ganaron Di Stefano y Gento. Y dirá que la deuda del Real Madrid es de 600 millones, como ya expresó el año pasado. Pero no destacará que la entidad ingresó esta temporada 660,3 millones de euros, récord mundial. Ni dirá que es el club deportivo que más recursos genera en todo el mundo, incluida la NBA. Tendrán sus minutos de gloria. Criticarán el despido de Ancelotti. Y están en su derecho a dar su opinión. Y tienen razón en algunos argumentos, cómo no. Solo espero que, cuando alguno de ellos, no solo estos dos, sino otros presuntos opositores, entren a formar parte hipotéticamente del club (con Florentino no será), sigan diciendo lo mismo. Que no se callen. Como digo, Florentino Pérez no piensa silenciar a los presuntos enemigos llamándolos a formar parte de la empresa. Esa vieja táctica no va con él. Está muy vista. Es burda. Y no sirve para nada, porque en cuanto no siguen en el club vuelven a criticarlo todo públicamente. O me fichas o hablo.
El presidente del Real Madrid sabe que los autodenominados opositores tirarán al blanco el sábado. De Gea, Keylor y la ausencia de títulos (mentira, se ganó el Mundial de Clubes) son sus dianas. El año pasado, cuando se ganó la Champions, la Supercopa de Europa y la Copa del Rey, solo hablaron de la deuda. Siempre hay algo de que hablar. Y si no hubiera nada, siempre podrán decir que Florentino tiene la culpa del descenso de rendimiento de Cristiano en diciembre, enero y febrero, por no saber convencer a Irina. ¡Pardiez, que hay que estar a todo presidente!.
Otros temas Tomás González-Martínel