Nadie quiere irse. Zidane y la dirección deportiva deberán hacer encaje de bolillos, pues aquí nadie quiere marcharse del Real Madrid. Las delaraciones de los futbolistas que destacan en el conjunto blanco dentro de la acritud de esta temporada expresan el deseo de seguir y triunfar. Es el caso de Vallejo, de Brahim, de Mariano, de Lucas y del apoderado de Bale, el extravagante Barnett, que afirma que Gareth quiere continuar.
«Yo quiero seguir en aquí, no pienso en otra cosa», responde Brahim, elogiado por Zinedine por su descaro: «Coge la pelota y va directo hacia la portería, su gran presión permitió el primer gol de Mariano, también estoy contento con él». Lucas Vázquez también expuso que el entrenador no ha hablado con él de futuro, pero piensa quedarse. Mariano fue rotundo: «No tengo una bola de cristal, pero quiero quedarme».
Tras la victoria frente al Villarreal, Lucas lanzó un contragolpe por su banda derecho: «Se está faltando el respeto a este grupo. Está claro que el fútbol es presente, pero este equipo ha ganado tres Champions seguidas. Éramos los mejores y ahora no valemos para nada y eso no es así». Es el sentimiento general del plantel madridista.
Zidane regresó al banquillo en marzo y quería hacer una revolución, pero se ha dado cuenta que no puede contratarse a diez hombres y echar a otros diez. Vendrán cinco o seis fichajes y se irán seis o siete de sus pupilos actuales. Sus palabras reflejan el retorno al realismo al valorar la plantilla del futuro: «Habrá cambios, pero muchos jugadores se quedarán aquí». Militao y Rodrygo, contratados para el siguiente curso, esperan a Jovic, Pogba, Hazard y un lateral izquierdo en la lista de adquisiciones. Serían seis novedades que afectarían a todas las líneas.
Zidane desea contar con un plantel corto, de veintidós o veintitrés jugadores. No quiere tener a veinticinco hombres, a doce suplentes cada semana, a siete profesionales no convocados en cada partido. Por ello habrá más bajas que altas. Bale, Marcos Llorente, Ceballos, Reguilón e Isco encabezan la lista de posibles traspasos. Tiene su plantel futuro en la cabeza, a falta de confirmar los fichajes definitivos. Es esa imposibilidad de conocer hoy los nombres finales el dato que le impide concretar ahora la plantilla. Queda mucho tiempo hasta el 31 de agosto. De esas llegadas dependerán varias posibles cesiones o traspasos. Zidane tendrá entonces que convencer a varios hombres para que admitan la conveniencia de marcharse un año y tener minutos. Ya se lo dijo a Mariano en 2017 y el ariete se equivocó al quedarse. Deberían escuchar a quien sabe.