La lesión de Varane dará lugar a Nacho en el once del líder. Pero el canterano ha jugado a lo largo de la temporada, se ha ganado el puesto, ha obtenido la confianza del entrenador y ahora recibirá un premio que merecía sin lesiones de por medio.
El técnico francés ha valorado el rendimiento del madrileño al rendir muy bien como central y le ha concedido minutos como lateral cuando Varane y Ramos ocuparon las posiciones del centro de la zaga. Nacho ha funcionado a las mil maravillas como lateral derecho e izquierdo. Lo hace todo bien. Ese es su screto.
Por favor, no vuelvan a decir nunca más que Ignacio cumple, porque es la peor definición de su nivel. No cumple, juega mucho mejor que eso. Es vital para el Real Madrid. Lo fue al marcar al PSG la temporada pasada un gol, el 1-0 final, que dio la clasificación al club en la liguilla de la Champions, preludio de la Undécima. Es vital porque ha demostrado una eficacia total como central en estos meses en los que Ramos y Pepe se lesionaron.
Nacho no cumple. Ha dado un salto adelante en el Real Madrid y en España. Se ha consolidado con Lopetegui como el primer relevo de Piqué y Ramos en la selección de todos. Julen cree en él. Y Zinedine. Se ha ganado la fe de los entrenadores.
Ha madurado como defensa y hoy es un puntal del Real Madrid. Porque lo hace todo bien, sin querer ser Beckenbauer, que para crear ya están Modric y Kroos. Cortita y al pie, que decía Di Stéfano. Era una metáfora de lo que debe intentar un futbolista en el conjunto blanco. Debe hacer bien lo que sabe hacer bien. Defender, cortar, anticiparse y penetrar por la banda con el fin de dar centros medidos. Para eso le han elegido, porque ya ha demostrado que lo puede hacer bien. Y no debe arriesgar con tonterías en un equipo donde no valen los experimentos en competición. Nacho nunca defraudará con un error monstruoso, porque no se la jugará con tontadas.
Es su hora. Y eso que Ignacio es diabético. Quizá el tener que cuidarse con tanto esmero desde los doce años le ha hecho ser tan eficiente y seguro en su acciones. Debía vigilarse al máximo para no caer. Para no fallar. Eso implica una disciplina espartana para llegar al Real Madrid. Para triunfar. Eso es Nacho, disciplina en la eficacia. Nunca fallará, porque ha trabajado duro para no fallar. No podía permitírselo. El premio a su sacrificio es éste. Orgulloso de Alcalá de Henares, sede y ejemplo del Cervantes y del idioma español, Alcalá también se enorgullece de Nacho.