Tiene bula. Es considerado el mejor del mundo y no se le sanciona. Tiene árnica, todo el mundo le perdona. Un aura de dios mítico le rodea en tal medida que nadie se atreve a sacarle una cartulina roja, porque ese colegiado saldrá en la prensa señalado. ¿cómo se atreve? En Barcelona le fusilarían y ya no pitarían más al Barcelona. El madrileño Del Cerro Grande no pitó nada. Quizá no lo vio. Pero Latre, el jefe del VAR, lo observó perfectamente, como todos los espectadores por televisión ¿Latre, por qué no ordenaste a Del Cerro que fuera a la televisión del campo y visionara la jugada? Si la ve, hay expulsión. Quizá se habrá acobardado y solo mostrara una amonestación, pero la acción era de expulsión.
Messi pidió perdón a Granero por su reacción, pero eso no le exime de su castigo. Las comparaciones son odiosas. Otros jugadores no son juzgados con la misma permisividad. Ahora que cristiano no está en el Real Madrid, hay que decir, sin el dilema perenne del duelo cainita Madrid-Barcelona, que al portugués no le juzgaron nunca igual ¿Se imaginan que Cristiano reacciona así con un defensa? Las cámaras y las imágenes dominarían la jornada. Hay que decirlo con claridad: Ronaldo caía mal y se le juzgaba en consecuencia. Todo el mundo aplaudía que le sancionaran. Con Messi no hay ese inquina.
El luso fue castigado con cinco partidos en el clásico de la Supercopa de España 2017 por dos inventos de un árbitro: decir que Cristiano simuló un penalti, que no fue cierto, y agarrar un segundo al colegiado De Burgos Bengoecha del çúbito y del radio por ver esa segunda tarjeta tan injusta que le condenó a cinco encuentros en una tropelía que alimentaba la injusticia de trato que sufrió históricamente al lado de Messi y otros futbolistas.
Messi tiene la misma bula que disfruta Luis Suárez, que pisó de manera grave a Nacho en el 5-1 de la Liga que eliminó a Lopetegui y tampoco fue expulsado. Suárez también tiene bula en Europa: pisó un tobillo a un jugador del Olympique de Lyon y no solo no fue sancionado, sino que el colegiado, engañado, señaló penalti. Increíble. Por cierto, la UEFA no intervino para juzgar una acción que traspasa el mero juego. Simular una agresión cuando el agresor es quien simula no es un mero acto de un partido, es mucho más grave.
Así nos va en el fútbol español. Se beneficia al mejor equipo de la Liga, se le juzga con una permisividad que no se demuestra con el resto de clubes ¿Por qué, señor Rubiales? ¿Por qué, señor Velasco Carballo, responsable del VAR, no toma cartas en el asunto? Hay un miedo mediático a castigar a un futbolista del Barcelona, especialmente a sus figuras ¿Por qué?
Otros temas Tomás González-Martínel