El deseado adiós de Messi del Barcelona presenta connotaciones que hay que explicar con crudeza. El conjunto azulgrana ha fracasado, pero también el argentino. José Luis San Martín, preparador físico del Real Madrid durante cuatro décadas, explica en ABC que Messi es el número uno, pero ya no es el de antes, pues sus 33 años delatan que su estado físico no es el de hace cinco años. San Martín, un especialista, lo detalla con crudeza:
El canto del cisne se acerca a Messi. Estalló la bomba, Messi se marcha del Barcelona. Así lo ha comunicado a la directiva a través de un burofax. La reciente eliminación de la Champions ante el Bayern con un escandaloso resultado 8-2 seguramente ha sido la gota que ha rebasado el vaso de su paciencia. El mejor jugador del mundo, con un gen competitivo solo al alcance de los elegidos en cualquier deporte, no ha soportado la humillación de ver como su equipo se “arrastraba” por el césped. Y el mismo era el blanco de criticas feroces por el escaso rendimiento ofrecido en una competición que hace tiempo que el club no gana y que el a principio de temporada se comprometió ante miles de seguidores a conquistarla.
Sin embargo una vez conocida la noticia surgen voces de todas partes que afirman que existen otros muchos motivos que pueden justificar una decisión que hará que los cimientos del Camp Nou se “resquebrajen“.
Solo su cabeza y su corazón conocen cual es el verdadero motivo de una decisión que todavía no tocaba llevarla a cabo. Messi es muy inteligente,su cabeza va a mil por hora en cada partido intuye y ve situaciones mucho antes que los demás, encuentra los espacios incluso antes de que aparezcan, asombrando incluso a sus compañeros.
Con el balón en los pies es la excelencia pura, incluso hace bueno el dicho: no hay un zurdo malo. Sin embargo sus recursos “físicos” empiezan a escasear. Donde esta tu mente esta tu cuerpo afirmaba Nelson Mandela. Y Leo ya está experimentando que a su cuerpo cada vez le cuesta mas que esa conexión se produzca a la velocidad que el fútbol actual requiere.
La “alta intensidad” ha venido para quedarse y exige a los jugadores unas prestaciones a nivel articular y muscular que Leo ya no es capaz de repetir más de 250 veces en más de 60 partidos por temporada jugando cada tres días. La noche del Bayern caminó bastante mas de lo que corrió y sus esfuerzos explosivos con balón y sin balón apenas existieron.
Pero es el jugador mejor del mundo, nadie lo pone en duda, mete muchos goles por supuesto y los seguirá metiendo. Sin embargo, el reloj del tiempo no se para para nadie.
Messi tiene 33 años, según la fisiología del esfuerzo a partir de los 30 la sarcopenia (cuando se va cambiando musculo por grasa) avanza inexorablemente. Cada vez mas le costará exprimir su velocidad porque disminuye con el tiempo la frecuencia cardíaca máxima y consecuentemente su volumen de oxigeno máximo y volumen por minuto se verán comprometidos. El I.M.C (indice de masa corporal) aumenta cada año y esto obliga a que el entrenamiento de la potencia muscular sea muy minucioso y muy constante para que las frenadas y los cambios de dirección (algo habitual en el juego de Leo) eviten las lesiones musculares.
Quizá todo este cúmulo de circunstancias hayan podido influir en su decisión y pone pies en polvorosa (huir precipitadamente).
Seguirá jugando al fútbol y lo disfrutaremos al equipo que vaya. Se habla del Manchester City con su amigo Guardiola. No es mal destino. Su juego pausado le favorecerá.
El canto del cisne se acerca a Messi. Escúchalo Leo ¡Qué tontería! Si los genios no escuchan a nadie.