Dicen sin datos que Cristiano se lleva mal con Benítez. Aseguran sin información que no conectan. Se inventan que Ronaldo no habla con el entrenador. Todo es falso. Y la mayoría se sube al carro, por si es cierto, para elucubrar una película de ciencia ficción, no películas cercanas a la biografía real de CR7 como la que se acaba de presentar.
Se llega a manifestar con adornos de veracidad secreta que el portugués se deja querer por el PSG y por el Chelsea para dejar traslucir su incomodidad con Benítez. Es una manera suave con la que quieren decir que el luso está enviando un mensaje: o Benítez o yo la próxima temporada. ¡Y todo es rotundamente mentira!. La gran mentira de todas las manifestaciones comienza con un punto de partida: la mayoría de las entrevistas publicadas con Ronaldo fueron realizadas de manera conjunta en agosto, organizadas por la productora de la película del Balón de Oro. ¿No se han dado cuenta de que todas dicen lo mismo: que su peor momento fue cuando vivió solo en Lisboa con doce años y que su futuro nunca se puede predecir? De unas entrevistas compartidas en agosto, muchas de ellas con medios no deportivos, se ha montado una película, nunca mejor dicho, paralela: Ronaldo se quiere ir. Y no es cierto. Todo lo contrario, pero eso no vende.
El lunes fue a un programa televisivo inglés a vender su película y manifestó con nitidez que está muy a gusto en el Real Madrid y que no vislumbra marcharse a jugar a Qatar o Estados Unidos. Pero eso no vende. No se titula con ello. Se llegaron a inventar la conversación de Ronaldo con Blanc tras el 1-0 del Bernabéu. Se las ingeniaron para afirmar que Cristiano le dijo al técnico francés que deseaba jugar a sus órdenes. La única verdad es que el portugués le comentó al entrenador galo que habían jugado muy bien y que no merecieron perder. Pero esto tampoco vende.
El remate de toda esta película de ciencia ficción es que Benítez y Cristiano no se pueden ni ver. ¡Es la gran mentira!. El colofón del supuesto enfrentamiento es que Ronaldo se marchó a Londres sin el permiso de su jefe. Esto es lo que más molesta al Real Madrid, porque alimenta toda la farsa. Primero hay que exponer un punto de partida disciplinario: ningún futbolista del club se marcha a ningún sitio sin el permiso del presidente y del entrenador. Y segundo, lo más importante: Cristiano y Benítez estuvieron reunidos y hablaron de fútbol, de la colocación del luso en el esquema y de ese permiso para volar a Londres el lunes. El máximo responsable del equipo se lo concedió. Y dialogó en profundidad con el número siete de su posición en el campo.
Ahí sí existen las diferencias de opinión entre técnico y jugador normales en todos los equipos. Ronaldo prefiere seguir entrando desde atrás por la izquierda para sacar su disparo. Y el preparador prefiere que juegue más cerca del área, en punta. Las lesiones de Benzema y de Bale obligaron al luso a ser delantero centro para permitir que Lucas Vázquez y Jesé ocuparan las bandas. El Bota de Oro lo entendió. De ello han hablado el entrenador y la estrella. Se llevan bien. Dialogan. Se comprenden.
Este jueves, los dos bromeaban sobre el césped de Valdebebas. Y Benítez le hizo una apuesta a Cristiano para ver si conseguía hacer un ejercicio con balón. Pero esto no vende. Se inventan una película que compite con la de Ronaldo. Se titula: difama, que algo queda.
Otros temas Tomás González-Martínel